domingo, 30 de agosto de 2009

Picos de Europa (y IV)

Día 4: Potes - Logroño
Distancia: 340 km // Tiempo: 5:00 h // Consumo: 30 L
Combustible: 28,80 € // Peajes: 12,80 € // Total: 41,60 €
Itinerario VíaMichelín
Con mucha pena nos despertábamos el jueves. El sentimiento de reláx y tranquilidad se veía contrastado con las ganas de seguir allí, en ese entorno limpio, silencioso, natural y relajado.
Esa mañana no tuvimos tanta prisa para despertar, aunque aunque no nos retrasamos más allá de las 09:30 porque queríamos planear si hacíamos algo ese día.
Después de asearnos y desayunar intercambiamos impresiones con los vecinos de parcela. Por lo que pudimos ver ellos habían hecho mucho senderismo por la zona antes de ser papas y nos estuvieron apuntando algunas cosas que merecían la pena ser vistas y que estaban fuera de los circuitos populares.
Recogimos todo y salimos del camping deseando que no tuviera que ser así. Quisimos subir al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, para ver el furgoperfecto, en un intento de prolongar más en el tiempo los momentos que habíamos tenido durante esos cuatro días.
Partimos de allí recorriendo por última vez el desfiladero de la Hermida y seguimos hacía Logroño buscando un lugar para comer.
Paramos en Torrelavega, aunque debo decir que no fue la decisión más acertada. Comimos normal pero la camarera no tenía muy buen día.
Llegamos a Logroño a media tarde, recorriendo una vez más la autovía del Cantábrico y la AP-68.
Quedamos muy contentos con esta manera de viajar y con muchas ganas de repetir, aunque habiendo apuntado errores o mejoras para próximas salidas.


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domingo, 23 de agosto de 2009

Picos de Europa (III)

Día 3: Potes - Caín (retorno igual)
Distancia: 65 km // Tiempo: 2:00 h // Consumo: 7 L
Combustible: 6,72 € // Peajes: 0,00 € // Total: 6,72 €
Itinerario VíaMichelín
A sabiendas de lo que nos encontraríamos en la carretera, el miércoles sí que madrugábamos. Recogemos la cama y acondionamos la furgo para el viaje, aseo, desayuno y partimos después de contrastar nuestra idea de itinerario con el personal del camping.
Salimos por la N-621 en dirección Riaño. Enseguida se llega al puerto de San Glorio que se presenta con estas vestiduras blancas a esa hora de la mañana

a las que ya algunos ciclistas osaban subirlo y además charlando animadamente. La parte alta del puerto está siendo objeto de una renovación del firme, con lo que es muy probable encontrar maquinaria pesada trabajando.
Descendemos por el otro lado hasta Portilla de la Reina, donde, nada más pasar el pueblo, entroncaremos con la LE-243 que nos llevará a pasar un nuevo puerto, el de Pandetrave.
A la altura de Santa Marina de Valdeón, hay obra para hacer una vía que circunvale la población. Tuvimos que ir hasta Posada de Valdeón por camino asfaltado de un solo carril en el que por suerte solo coincidimos con un coche en dirección contraria. Paramos aquí a tomar un café, ya que la carretera de acceso a Caín también está en obras y no se abre al tráfico hasta las 11:00 desde las 7:00. El siguiente periodo de corte va de 14:00 a 18:00.
Justo antes de poder continuar el camino paramos en el mirador del Tombo, con el conocido monumento al rebeco

Aparcamos en Caín, en una explanada prevista a tal efecto y en la que te cobran 3€ del ala por estacionar todo el día. Es un parking de dudosa legalidad, para que lo sepa el que vaya.
De lo que es la ruta completa

nosotros caminaríamos el 75%, ya que al llegar a Los Collados decidimos parar a comer y dar media vuelta. Eran en torno a las 14:00 y caía una solana que derretía la piel. Ya habíamos visto lo más impactante y quedaba lo más duro. Mirando la balanza la decisión era fácil: media vuelta y ya veremos el resto otro día.
La ruta es muy bonita, pero exageradamente concurrida en esta época del año. Es un sendero de unos dos metros de anchura con una caída que puede llegar a unos 80 metros (según mi ojímetro), bastante llano (salvo la zona más cercana a Poncebos) y con un terreno pedregoso en el que es recomendable calzar, cuando menos, zapatilla de montaña sino botas.
El sendero se hizo a al poco de construir el canal que recorre toda la garganta y que se acabó en 1921.
Mientras caminábamos nos dió tiempo para sacar algunas fotos que para nada, como es habitual, reflejan la grandiosidad del entorno. Por ejemplo, desde la presa de Caín

o una vista del puente de los Rebecos

curiosas formaciones en las laderas al salir de la garganta

o la ruta excavada en la piedra en la parte alta del recorrido

También disfrutamos viendo cabras que bajan hasta el camino para pedir, literalmente, comida a los caminantes. Lo malo es que se la dan, lo que puede provocar una costumbre en ellas y que les haga perder la capacidad de autoabastecimiento.

En total andamos unos 16 kilómetros en aproximadamente 4 horas.
Lo más difícil de llevar el calor que tuvimos que pasar, que pudimos rebajar una vez estuvimos de vuelta en Caín. Nada más pasar el puente de los Pinteros, nos bajamos al río y, descalzos, metimos los pies en el agua congelada del Cares.

Allí estuvimos un rato hasta que el cansancio nos llevó a comernos un helado primero y echarnos la siesta en la furgo después. ¡No se paga con dinero eso de tener una cama de matrimonio en el lugar que tú quieras... o necesites!
Esperamos hasta las 18:00, hora a la que abrían la carretera de nuevo, para poder emprender el camino de regreso como hormiguitas en línea. Fue más complicado que el viaje de ida porque en esta ocasión nos cruzamos con un buen número de coches y es una carretera de un único carril y muchas veces sin asfaltar.
Volvimos tranquilamente hacia el camping, sin prisa, disfrutando el momento. Cansados pero con gusto.
Paramos a ver el paisaje desde el mirador del Corzo

para deleitarnos con la visión desde las alturas que habíamos presenciado ya por la mañana pero, en esta ocasión, sin la mágica niebla que todo lo envolvía unas horas antes.

A la llegada a casa ducha, una buena cena (que había hambre) y, para seguir la costumbre, un poquito de lectura a la luz del candil antes de irnos a dormir.


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miércoles, 19 de agosto de 2009

Picos de Europa (II)

Día 2: Potes - Covadonga (retorno igual)
Distancia: 84 km // Tiempo: 2:00 h // Consumo: 8 L
Combustible: 7,68 € // Peajes: 0,00 € // Total: 7,68 €
Itinerario VíaMichelín
Nos levantamos a las 8:30, dándonos cuenta de que desperezarse en la furgo cuesta lo mismo que en casa.
Desayunamos mientras vemos como el resto del camping vuelve a la vida. Es una cosa que me gusta de los campings, ver cómo todo el mundo va espabilando poco a poco comportándose de la manera más normal delante del resto de los usuarios.
Completamos nuestras labores rutinarias de aseo y preparamos la que será la comida del día: unos bocadillos de tortilla.
Salimos a las 10:00 por la N-621 atravesando nuevamente el desfiladero de la Hermida. Ya en Panes nos desviamos por la AS-114 en dirección a Arenas de Cabrales, para poder acceder a Camarmeña y empezar desde allí la ruta por la garganta del Cares. Sin embargo, ya en la AS-264 nos pararían a causa de las obras en la carretera. Un trabajador del Ayuntamiento de Cabrales nos informa de que si queremos continuar tenemos que aparcar y coger el autobús.

En vista de la cola que ya había esperando decidimos seguir por donde veníamos para visitar los Lagos de Covadonga... y ¡sorpresa! Al llegar a Covadonga nos encontramos con que el proceso para acceder a los Lagos era el mismo.
Así las cosas, abonamos los 2€ de rigor en el parking P2 y los 7€ del autobús, que te lleva en tres cuartos de hora hasta allí. Aquí se puede consultar información de calendario, horarioy precios.
La carretera es estrecha, sinuosa y con mucha pendiente y es compartida con ciclistas y vacas.

Una advertencia para lo que quieran visitar este lugar: Agosto es el peor mes para hacerlo (como para hacer casi cualquier cosa), porque está lleno de gente.
De las dos rutas que se proponen

decidimos hacer la corta, de una hora de duración, para poder parar en los lugares que más nos apeteciese ver. Como el mirador del Príncipe, desde donde se ve la vega de Comeya

El recorrido te conduce, antes de llegar a los propios lagos, por la mina de la Buferrera, pasando por alguna de las galerías que se usaron durante la explotación de la misma.

De ahí pasamos ya al lago la Ercina, que está auna altitud de 1.108 msnm masificado en esta época del año, hasta tal punto que es imposible (o por lo menos lo intentas y se te quitan las ganas) tomar una buena fotografía de paisaje sin encontrar una decena al menos de personas en el encuadre.

Allí nos hicimos amigos de una vaca una vaca se hizo amiga nuestra. Fue un momento divertido: el pobre animal caminaba relajadamente en la dirección en la que nosotros estábamos sentados y la gente de alrededor, al ver el panorama empezó a levantarse y retirarse. Nosotros nos quedamos a sabiendas de que el bicho lo único que quería era moverse un poco. Cuando estaba a dos metros de nosotros varió el rumbo y estacionó justo delante de nuestras caras, a una distancia a la que, si me estiraba, podía tocarla.

El personal, todos con una risita nerviosa, empezó a echar fotos a la estampa. Una señora se acercó para retratarse junto a la vaca , atreviéndose incluso a tocarla... pero no duró mucho porque el cuadrúpedo intentó retirarse esa mosca cojonera girando la cabeza violentamente y haciendo aspavientos con los cuernos.
"Saca la foto rápido que tengo miedo" acertó a decir la mujer. Espero que comprendiese que a los animales tampoco les gusta que les estén toquiteando así porque sí.
El siguiente punto a nombrar es el mirador de La Picota, desde el que se obtiene una bonita vista de los dos lagos. Aprovechamos nosotros para tomar alguna instantánea elevada del lago Enol.

De allí bajamos ya hacia el parking, en el que ya se amontonaban cerca de 400 personas esperando para coger el autobús de vuelta. Y poco después serían el doble. Hicimos cola durante 20 minutos junto a un grupito de chicos y chicas que se había reunido después de conocerse durante un Erasmus y charlaban animadamente sobre sus correrías durante el período que duro el intercambio.
Durante la bajada hacia Covadonga, pude disfrutar del perfecto manejo que demostraba el conductor del autobús: usando el frenos de mano, cambiando de marchas, girando contoda confianza enesas curvas cerradas y en pendiente, atendiendo la emisora para ver como se encontraba el camino de bajada e informando a los que subían...
Hicimos parada en el Real Sitio de Covadonga, punto desde el que se inición la reconquista de España, cuando astures y cántabros firmaron aquí un pacto de resistencia contra la invasión árabe en el año 718. Aquí se le aparecería la virgen a don Pelayo, dándole fuerza para librar la batalla decisiva en el 722, enfrentado unos cuantos miles de hombres contra los más de 100.000 musulmanes.
Visitamos la basílica de Santa María la Real de Covadonga

que se impone al llegar a ella desde la carretera, erigida en lo alto del Cerro del Cueto. Las mismas nubes que desmerecían la imágen del lugar propiciaron el poder tomar esta fotografía

De ahí bajamos a la Cueva Santa donde se encuentran la imagen de la Virgen de Covadonga y la tumba de Pelayo.
Volvimos hacia el camping sin dejar de mirar lo bien conservados que se encuentran todos los pueblos de la zona, sin duda más por el turismo que por otra cosa. Además de las casas/alojamientos hoteleros, llama la atención la cantidad de horreos que se mantienen en pie relativamente bien avenidos.
Agradecimos muy mucho la ducha justo antes de ponernos a cenar morados. Ensalada de pasta y sachichas con patatas.
Antes ir a dormir, un poco de lectura sobre la ruta que emprenderíamos la jornada siguiente.


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domingo, 16 de agosto de 2009

Picos de Europa (I)

Este viaje es el primero que hacemos Eva y yo con la furgo, no como vehículo sino como vivienda. Como incentivo moralizador, Eva podía escoger el lugar que visitaríamos en tan señalado momento. La elección de la zona de Picos de Europa es a todas luces un acierto en cuanto que es un sitio precioso y donde poder estar tranquilo es realmente fácil.
Para la primera experiencia campera buena idea resultaba pernoctar en camping, que te brinda unos servicios de higiene que es más difícil encontrar durmiendo en la calle.

Día 1: Logroño - Potes
Distancia: 331 km // Tiempo: 3:30 h // Consumo: 30 L
Combustible: 28,80 € // Peajes: 12,80 € // Total: 41,60 €
Itinerario VíaMichelín
Con evidente expectación y algo de nervios, cargamos todo lo que ya habíamos dejado preparado la noche anterior, la del domingo 8 de Agosto. Entre unas cosas y otras no salimos hasta las 10:30, tras pasar a recoger algún bártulo necesario del local en el que los guardamos.
Tomamos la autopista AP-68 hasta Bilbao, abonando los correspondientes 12,80 € en el último peaje de la misma. Circunvalamos la capital vizcaína ya metidos en la Autovía del Cantábrico, que es la que tuvimos que seguir en dirección Santander. Eran las doce del mediodía y el tráfico era intenso en esta zona.
El viaje por este camino es más largo pero más rápido que haciéndolo por interior usando carreteras nacionales. Este itinerario sin embargo, es más bonito al ir atravesando zonas como la Bureba, las Merindades o la Bezana.
En una gasolinera a unos 20 kilómetros de Santander, compramos algo de chocolate para almorzar y cambiamos de conductor.
En el punto en el que la Autovía del Cantábrico pasa a ser la Carretera del Cantábrico, en las inmediaciones de Unquera, la abandonábamos nosotros para pasar por dicho pueblo en busca de la N-621. Esta vía atraviesa el corazón del desfiladero de la Hermida, circulando a lo largo de unos 18 kilómetros paralela al río Deva.
A unos minutos de la salida nos encontramos con Potes, que linda estrictamente al Noreste con Ojedo. Nuestro camping esta situado en el kilómetro uno la carretera que sube al Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Toma el nombre de la sierra en la que se encuentra: La Viorna.
Este camping figura entre los furgoperfectos del foro furgovw. Esto es lo que pone sobre él en nuestra recién adquirida Guía Camping FECC 2009 (pinchar para ver más grande):

En unos minutos nos instalábamos en nuestra plaza, la 309, llana y bastante horizontal. Elegimos esa de entre las disponibles porque a esa hora en la que tanto aprieta el sol, era la que mayor superficie de sombra proporcionaba.

Sacamos la mesa y las sillas y comimos una ensalada y algo de embutido más contentos que unas pascuas. Y descansamos el cuerpo con una breve siesta al hacer la cama de la furgo en 1 minuto.
Pasamos la tarde deambulando por las calles de la capital de la comarca de Liébana ubicada en el centro geográfico de la misma, tras hacer un poco de compra en el supermercado Lupa de plaza la Serna.
Visitamos la llena de actividad y comercio c/ Cántabra

y desde el puente de la N-621, oteamos la plaza del Capitán Palacios

y los balconadas que dan al río Quiviesa

Una vez nos aprovisionamos de mapas y folletos en la oficina de turismo, nos sentamos a disfrutar el fresco que llega al atardecer en esta zona, mientras dábamos buena cuenta de una cervecita servida por un muchacho con cierto aire despistado, en una terraza sobre el río Deva y con la torre del Infantado ante nuestros ojos.
Volvimos al camping a cenar tranquilamente antes de que oscureciese para después, ya a la luz del cándil eléctrico, acabar el día con algo de lectura con una paz muy difícil de encontrar en la ciudad.


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sábado, 15 de agosto de 2009

Ribadesella 08/09 (y III)

Día 3: Ribadesella - Logroño
Distancia: 344 km // Tiempo: 4:30 h // Consumo: 30 L
Combustible: 28,80 € // Peajes: 12,80 € // Total: 41,60 €
Itinerario VíaMichelín
Despertamos a eso de las 10:30 de la mañana, con mucho calor debido a la condensación que se produjo al haber dormido los 3 en la furgo y la baja temperatura que dejaba la lluvia en la parte externa de las lunas.
Desayunamos como el día anterior y empezamos a recoger las cosas: las tiendas (mojadas y llenas de bichos), los utensilios de cocina, el toldo... La teoría es que a partir de las 12:00 todo el mundo tiene que haber levantado el campamento aunque no se sigue a rajatabla porque daría mas disgustos que alegrías.
Cuando salíamos de allí a eso de las 13:30 aún se veía gente despertando y saliendo de sus improvisados hogares, ya fueran tiendas o coches, ubicados en los más pintorescos lugares.
Como es tradición cogimos una pequeña retención antes de llegar a Llanes, pero salimos de la autovía en la primera salida (la única que estaba en servicio para dirigirse a éste municipio), dando un rodeo que nos llevaría a cruzar pueblos como Cué o Andrín, antes de volver a ingresar en la Autovía del Cantábrico, que seguiríamos hasta Unquera.
Paramos en este pueblo a comer a base de bocadillos del embutido que quedaba (más una palmera de chocolate que compramos para el postre) y tomar un café que nos mantuviese despiertos.
El resto del viaje fue tranquilo, por el mismo camino de la ida hasta Logroño. Una vez aquí y después de haber tendido las tiendas para que se secaran, nos fuimos cada mochuelo a su olivo para descansar del fin de semana.


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viernes, 14 de agosto de 2009

Ribadesella 08/09 (II)

Día 2: Ribadesella
Contrariamente a lo esperado conseguí dormir esa... noche. Y más de lo previsto. Pachi golpeaba la ventana de la furgo pasadas por poco las doce del mediodía.
Llamó a Tato y, juntos, desayunamos a base de batidos y Mañanitos. Poco después y sin conocer los horarios que se llevan en la prueba deportiva, nos encaminamos hacia el Puente del Sella, línea de llegada de la conocida prueba. Tal era nuestro desconocimiento que llegamos justo para ver como los participantes iban atracando sus embarcaciones para marcharse.

Como no había mucho que ver allí, bajamos a la playa, a donde empezaba a bajar la gente para comer o después de haberlo hecho. Nosotros aguantamos un rato nada más porque el hambre llegaba a nuestros estómagos. Compramos pan y agua y volvimos a nuestro campo base.
Preparamos un pulpo a la gallega para ir picando

mientras se hacía la pasta, que supondría nuestro plato fuerte. Después se imponía una siesta. Yo estaba hecho polvo.
Nos levantamos a media tarde y estuvimos un rato haciendo nada hasta la hora de la cena. Comimos lo que quedaba del mediodía y nos montamos un refugio improvisado con un toldo bajo el portón de la furgoneta, ya que se puso a llover con fuerza. Y ya no pararía prácticamente en toda la noche, con lo que no pudimos salir. Nos metimos los 3 a dormir en la cama de la furgo cuando ya llevaba una hora y media cayendo agua sin parar. Y como nosotros mucha gente que incluso cogía el coche y se marchaban hacía sus casas.


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Ribadesella 08/09 (I)

Día 1: Logroño - Ribadesella
Distancia: 340 km // Tiempo: 5:30 h // Consumo: 30 L
Combustible: 28,80 € // Peajes: 12,80 € // Total: 41,60 €
Itinerario VíaMichelín
En el año 2006 ya acudimos al la fiesta que se monta en torno al Descenso Internacional del Sella. Aunque en tiempos lo que más llamaba a la gente era la competición de piraguas, en la actualidad hay más ente atraída por la fiesta paralela que por el evento deportivo en sí. En nuestro caso también es así.
A las 17:00 de la tarde del viernes partíamos los tres interesados, con nuestras tiendas, sillas, toldos, sacos, comida y bebida... pero, como veríamos después, sin mesas. Queríamos un viaje fluido y cómodo así que tomamos la AP-68 desde Logroño hasta Bilbao y continuamos por la A-8, la Autovía del Cantábrico, hasta la salida 319, que conecta con la carretera comarcal AS-263. En Unquera, donde el doble carril se convierte en uno único, encontramos una retención (es lo habitual en este punto) que nos llevó a recorrer apenas 5 kilómetros en una hora larga.
Elegimos la salida de la autovía antes mencionada, porque la que lleva directamente a Ribadesella por la rotonda de Llovio, iba a ser cortada al tráfico desde el viernes por la tarde obligando a estacionar en el aparcamiento de Truyes. Se encuentra a casi 2 kilómetros del centro del pueblo y no nos apetecía tener que depender del horario puesto para el autobús gratuito que el Ayuntamiento iba a proveer.
Se empezaron a ver tiendas de campaña ya en la entrada del barrio de Orellana, plantadas a doquier en cualquier terreno con unas mínimas disposiciones de permitir que las mismas no se cayeran o fueran atropelladas.
Nosotros aparcamos en la misma zona que ya usamos hacía 3 años, pusimos una tienda en la misma zona que ya lo hicimos hacía 3 años y pusimos otra tienda en un lugar más llano (la grande se encontraba en clara pendiente). Ésta era la distribución (el link a GoogleMaps):

Como llegamos un poco tarde, nos hicimos la cena a base de embutido y nos pusimos a echar unas copas antes de bajar al pueblo, que sería en torno a las 2:30 de la madrugada.

La fiesta en Ribadesella sale de los bares a la calle, donde cada establecimiento monta su barra y unas instalaciones de sonido (algunas con su propio DJ) para poder atender a toda la gente que se congrega estos días.
Nos encontramos con Jimmy (más bien le encontramos nosotros a él), con el guardia civil, con Javi nuestro maestro sidrero, y con miles de personas , cada una con su propia historia.



La vuelta a casa, muy en contra de lo que yo pensaba, la retrasamos hasta las 8:00 de la mañana. Yo llevaba el reloj dos horas y media retrasado (creía que eran las 5:30 y no lo sabría hasta la mañana siguiente) y me fui pensando que se me había hecho sumamente corto.
Cada cual se fue a su madriguera a intentar descansar para el día siguiente.


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