Las fiestas del Pilar en Zaragoza son unas de mis preferidas. Zaragoza es una gran ciudad, pero tiene algo que me hace verla aún como una ciudad pequeña, sin terminar de dar el estirón. Es por eso que me gusta tanto, porque me recuerda a Logroño pero 5 veces más grande. Andas por sus calle y parece que lo has estado haciendo toda la vida, las conoces de siempre.
Ya han sido varias las veces que hemos bajado a la capital aragonesa, tanto a los pilares como a la cincomarzada o incluso a salir de fiesta un fin de semana cualquiera. Y siempre me llevo buen sabor de boca y ganas de repetir.Día 1: Logroño - Zaragoza
Distancia: 177 km // Tiempo: 1:45 h // Consumo: 15 L
Combustible: 13.65 € // Peajes: 9,50 € // Total: 23,15 €
Alojamiento: 0,00 € // Alimentación: 20,00 € // Varios: 20,00 €
Itinerario VíaMichelín
Quedamos a las 17:30 para que no nos apretara el tiempo. Un par de nosotros iban a asistir al concierto de Hombres G y El canto del loco esa noche y empezaba a las 22:00. Antes habíamos planeado cenar y contamos con dos horas de viaje para curarnos en salud.
Entre unas cosas y otras salimos de Logroño a las 18:15 pasadas y paramos en el primer área de servicio de la autopista AP-68 para rellenar los depósitos y comprar algo de merienda para el viaje. Digo los depósitos porque íbamos en dos coches (uno de ellos la furgo).
El itinerario del viaje era claro: emplear la autopista Bilbao-Zaragoza, ya que la N-232 que hace el mismo recorrido lleva mucho tráfico y es mucho más lenta.
Pero no llegamos hasta la última salida sino que la abandonamos en la anterior, la de Gallur. De esta forma entraríamos a Zaragoza por la carretera de Logroño, que conduce de forma más directa a la estación Delicias. Queríamos ir allí para coger unos planos de Zaragoza ya que los del concierto no sabían exactamente dónde era.
Cuando nos marchábamos vimos la furgo del grupo La Excepción aparcada frente al hotel de la estación y tuve que retratarme con ella (era imprescindible jejeje)
Día 2: Zaragoza - Logroño
Distancia: 177 km // Tiempo: 1:45 h // Consumo: 15 L
Combustible: 13.65 € // Peajes: 13,65 € // Total: 27,30 €
Alojamiento: 0,00 € // Alimentación: 10,00 € // Varios: 0,00 €
El itinerario del viaje era claro: emplear la autopista Bilbao-Zaragoza, ya que la N-232 que hace el mismo recorrido lleva mucho tráfico y es mucho más lenta.
Pero no llegamos hasta la última salida sino que la abandonamos en la anterior, la de Gallur. De esta forma entraríamos a Zaragoza por la carretera de Logroño, que conduce de forma más directa a la estación Delicias. Queríamos ir allí para coger unos planos de Zaragoza ya que los del concierto no sabían exactamente dónde era.
Cuando nos marchábamos vimos la furgo del grupo La Excepción aparcada frente al hotel de la estación y tuve que retratarme con ella (era imprescindible jejeje)
En este punto nos dividimos. Eran aún las 20:30 pero Tato y Felipe querían llegar pronto al concierto para poder estar en las primeras filas (aunque lo negarán), así que fueron yendo hacia el recinto de Valdespartera donde tendría lugar el espectáculo.
Pachi y yo en cambio, tomamos por el puente del Tercer Milenio dirección hacia el punto donde estableceríamos el campo base. Solemos aparcar por la zona del parque de bomberos, en un aparcamiento que hay en la calle Pantano de Bubal.
Pachi y yo en cambio, tomamos por el puente del Tercer Milenio dirección hacia el punto donde estableceríamos el campo base. Solemos aparcar por la zona del parque de bomberos, en un aparcamiento que hay en la calle Pantano de Bubal.
Las primeras veces que visitamos la ciudad, nos alojamos en casa de un compañero de carrera que vivía en esa zona cuando estaba en programa de intercambio. Es una zona tranquila y que no queda lejos del centro para salir de fiesta, así que, año tras año, volvemos a repetir ubicación.
Aparcamos en un sitio privilegiadoy estuvimos haciendo tiempo antes de ir a cenar jugando una partida de chinchón y echando unas cervecitas en la furgo.
Para elegir el restaurante también fuimos a lo conocido. Nos acercamos al Gran (en Google StreetView), en la calle de Matías Pastor Sancho, que ese día estaba a rebosar ya que tenían varios grupos cenando allí. Es un lugar en el que se come muy bien y es bastante barato (la hamburguesa costaba 3,60€) aunque esa noche quedamos algo descontentos con el trato, ya que las chicas casi no daban a basto y se las veía estresadas.
Después del postre jugamos unas partidas en la máquina de dardos, de las que salí terriblemente escaldado, anotándose Pachi un humillante 4-0. Así que tuve que volver a retarle al chinchón para resarcirme de esa estrepitosa derrota, mientras nos tomábamos unos cubatillas en la furgo.
Estuvimos haciendo tiempo de esta manera hasta que volvieron los otros dos del concierto, que serían pasadas las tres de la mañana. Menudos 23€ más bien aprovechados; cuatro horas de concierto me parece una barbaridad.
Nos vestimos y nos acicalamos un poco y nos dirigimos hacia la zona de marcha que hay detrás del Pilar.
Es una zona con mucho ambiente y, evidentemente, la víspera del día grande de las fiestas estaba hasta la bandera.
Resumiré este lapso de tiempo apuntando que a la salida del último bar La casa del loco, el sol nos dio en toda la jeta como si fuese un martillo. Eran las 08:30 pasadas y ya había comenzado la ofrenda floral a la virgen, lo que nos obligó a buscar una manera de cruzar la calle Alfonso I y por la que circulaban todas l@s baturr@s cargados de ramos.
Para elegir el restaurante también fuimos a lo conocido. Nos acercamos al Gran (en Google StreetView), en la calle de Matías Pastor Sancho, que ese día estaba a rebosar ya que tenían varios grupos cenando allí. Es un lugar en el que se come muy bien y es bastante barato (la hamburguesa costaba 3,60€) aunque esa noche quedamos algo descontentos con el trato, ya que las chicas casi no daban a basto y se las veía estresadas.
Después del postre jugamos unas partidas en la máquina de dardos, de las que salí terriblemente escaldado, anotándose Pachi un humillante 4-0. Así que tuve que volver a retarle al chinchón para resarcirme de esa estrepitosa derrota, mientras nos tomábamos unos cubatillas en la furgo.
Estuvimos haciendo tiempo de esta manera hasta que volvieron los otros dos del concierto, que serían pasadas las tres de la mañana. Menudos 23€ más bien aprovechados; cuatro horas de concierto me parece una barbaridad.
Nos vestimos y nos acicalamos un poco y nos dirigimos hacia la zona de marcha que hay detrás del Pilar.
Es una zona con mucho ambiente y, evidentemente, la víspera del día grande de las fiestas estaba hasta la bandera.
Resumiré este lapso de tiempo apuntando que a la salida del último bar La casa del loco, el sol nos dio en toda la jeta como si fuese un martillo. Eran las 08:30 pasadas y ya había comenzado la ofrenda floral a la virgen, lo que nos obligó a buscar una manera de cruzar la calle Alfonso I y por la que circulaban todas l@s baturr@s cargados de ramos.
Nos pasamos como de costumbre a coger un bocadillo en el bar Lanuza (en Google StreetView). De verdad que merece la pena ir a Zaragoza de fiesta con tal de comerse un bocadillo de ternera con pimiento verde a las nueve de la mañana. Siempre esta lleno de la gente más variopinta, nosotros conocimos allí al que cambia las bombillas en el espectáculo Mamma mía!. Se encuentra frente al Mercado central en la calle de la Manifestación.
Para no faltar a la verdad diré que en esta ocasión al cocinero se le debió de caer el cuenco de la sal en los filetes porque estaba exageradamente salado.. y aún así me supo a teta de novicia.
Llegamos a la furgo a dormir, saludando y aplaudiendo a todos los maños que nos encontramos con los trajes regionales (que fueron muchos), aunque solo un grupito de señoras se rió con las gracias y los piropos.
Nos dispusimos tres en el colchón y uno en los asientos delanteros, con el sol haciendo estragos al entrar por las ventanas pero con el sosiego que esperábamos encontrar al aparcar en esa zona, e intentamos dormir un poco.
Para no faltar a la verdad diré que en esta ocasión al cocinero se le debió de caer el cuenco de la sal en los filetes porque estaba exageradamente salado.. y aún así me supo a teta de novicia.
Llegamos a la furgo a dormir, saludando y aplaudiendo a todos los maños que nos encontramos con los trajes regionales (que fueron muchos), aunque solo un grupito de señoras se rió con las gracias y los piropos.
Nos dispusimos tres en el colchón y uno en los asientos delanteros, con el sol haciendo estragos al entrar por las ventanas pero con el sosiego que esperábamos encontrar al aparcar en esa zona, e intentamos dormir un poco.
Día 2: Zaragoza - Logroño
Distancia: 177 km // Tiempo: 1:45 h // Consumo: 15 L
Combustible: 13.65 € // Peajes: 13,65 € // Total: 27,30 €
Alojamiento: 0,00 € // Alimentación: 10,00 € // Varios: 0,00 €
Itinerario VíaMichelín
Uno de nosotros trabajaba esa misma tarde del lunes, así que partió en dirección a Logroño rondando las 12:00. Otros nos quedamos para ir despertando poco a poco, desayunar una café con tostada y zumo y ver un poco las noticias en la tele de uno de los bares del barrio.
Con tranquilidad terminamos de recoger los cachivaches y arreglamos un poco la furgo por dentro, antes de abandonar nuestro campo base rondando las 13:00 y con algo de sueño que nos despejaría el café.
Hicimos el trayecto completo por la AP-68 a la que se accede fácilmente desde el lugar en el que habíamos pernoctado y que nos conduce directamente a Logroño en cosa de una hora y cuarenta y cinco minutos.
Uno de nosotros trabajaba esa misma tarde del lunes, así que partió en dirección a Logroño rondando las 12:00. Otros nos quedamos para ir despertando poco a poco, desayunar una café con tostada y zumo y ver un poco las noticias en la tele de uno de los bares del barrio.
Con tranquilidad terminamos de recoger los cachivaches y arreglamos un poco la furgo por dentro, antes de abandonar nuestro campo base rondando las 13:00 y con algo de sueño que nos despejaría el café.
Hicimos el trayecto completo por la AP-68 a la que se accede fácilmente desde el lugar en el que habíamos pernoctado y que nos conduce directamente a Logroño en cosa de una hora y cuarenta y cinco minutos.
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Hombres G + Canto del loco, hubiese estado bien!!! Lo cierto es que pasamos mucho por Zaragoza y nunca nos hemos llegado a parar, quizas sea porque se nos hace complicado dormir allí con la auto, pero veo por tu relato que merecerá la pena complicarse algún dia la via para visitar la ciudad!
ResponderEliminarUn saludo
Hola Conrad.
ResponderEliminarLa verdad que Zaragoza es una ciudad muy completa y bella. Me encanta pasear sin rumbo por la calles del centro: la basílica del Pilar, la Seo, los barrios viejos, los puentes sobre el Ebro.
Y también es una ciudad con todas las modernidades que puedas pedir. Merece la pena esa parada.
Un saludo