Con el fresco característico de la provincia de Burgos el sueño es mucho más agradable que en Logroño, donde el calor apenas te deja descansar.
Madrugamos relativamente, a las 9:00, ya que el albañil se acercó pronto para poder completar el trabajo por la mañana. La salita se encontraba en este estado
Nosotros, viendo la maña que se daba el hombre con la paleta y la llana, decidimos ponernos a otras cosas, empezando por limpiar la casa y la furgo. Ésta necesitaba un lavado un poco en serio, así que me armé con cubo, esponja, Karcher y trapos para frotar y darle agua a presión por todos los recovecos.
Solo me restaba el techo por lavar cuando llegaban los primos de Eva: Ester, José y los peques Ángel y Adrián.
Como parecía que les gustaba la camioneta (como la rebautizó el mayor) les monté la cama para que la vieran y se convirtió en el entretenimiento del fin de semana. Cada dos por tres se meterían a jugar, saltar, bailar y hacer como que dormían.
Comimos muy bien y muy abundante (es lo habitual en esta casa) y, los que pudimos, subimos a las frescas habitaciones a echar una merecida siesta después de la paliza matutina de cama, volleyball, fútbol y carreras con los crios.
Nos levantamos tarde, a eso de las 18:00, y perdimos lo que quedaba de tarde nadando (haciendo nada) hasta que se marcharon los primos de vuelta a su pueblo. En esto aprovechamos para ir a ver Casalarreina y echar alguna foto de las plantaciones de girasol que hay por la zona
En el camino, por la N-232 en dirección Logroño, pasamos primero por Cuzcurrita de río Tirón, para localizar el restaurante Bodega Guillermo, muy conocido en la zona (está aquí). En él podrás disfrutar de un primer plato como patatas con chorizo o pochas, y después hartarte de carne a la brasa. Él, Guillermo, sacará fuentes y fuentes de carne hasta que ya no puedas más y todo al mismo precio. La única pega es que solo sirve vino, si quieres agua te da un vaso y te manda a la cocina a por ella.
Ya en Casalarreina (web) aparcamos en la plaza de la Florida, frente al Convento Domenico de La Piedad y en la que se ubican el Palacio de los Pobes y el Ayuntamiento. Hay mucho que ver en el municipio: aparte de lo mencionado, el puente sobre el Oja, los parques del Soto o el Palacio de los Condestables, por ejemplo.
Dimos un breve paseo por el pueblo para acabar en el bar Boulevard, en la Avda. de la Paz, que es la N-232 cuando pasaba por el centro del municipio, ahora peatonalizada. Tomamos un pincho de queso de cabra y un crianza, en un momento en el que el bar estaba en su apogeo. Y no es de extrañar dada la buena pinta del local
Volvimos por el mismo camino para estar en casa casi a las 23:00 y cenamos a base de lo que había sobrado de la comida y algo de embutido.
Pronto nos abrazarían las sábanas, en una noche que se presentaba algo más fría que la anterior.
Madrugamos relativamente, a las 9:00, ya que el albañil se acercó pronto para poder completar el trabajo por la mañana. La salita se encontraba en este estado
Nosotros, viendo la maña que se daba el hombre con la paleta y la llana, decidimos ponernos a otras cosas, empezando por limpiar la casa y la furgo. Ésta necesitaba un lavado un poco en serio, así que me armé con cubo, esponja, Karcher y trapos para frotar y darle agua a presión por todos los recovecos.
Solo me restaba el techo por lavar cuando llegaban los primos de Eva: Ester, José y los peques Ángel y Adrián.
Como parecía que les gustaba la camioneta (como la rebautizó el mayor) les monté la cama para que la vieran y se convirtió en el entretenimiento del fin de semana. Cada dos por tres se meterían a jugar, saltar, bailar y hacer como que dormían.
Comimos muy bien y muy abundante (es lo habitual en esta casa) y, los que pudimos, subimos a las frescas habitaciones a echar una merecida siesta después de la paliza matutina de cama, volleyball, fútbol y carreras con los crios.
Nos levantamos tarde, a eso de las 18:00, y perdimos lo que quedaba de tarde nadando (haciendo nada) hasta que se marcharon los primos de vuelta a su pueblo. En esto aprovechamos para ir a ver Casalarreina y echar alguna foto de las plantaciones de girasol que hay por la zona
En el camino, por la N-232 en dirección Logroño, pasamos primero por Cuzcurrita de río Tirón, para localizar el restaurante Bodega Guillermo, muy conocido en la zona (está aquí). En él podrás disfrutar de un primer plato como patatas con chorizo o pochas, y después hartarte de carne a la brasa. Él, Guillermo, sacará fuentes y fuentes de carne hasta que ya no puedas más y todo al mismo precio. La única pega es que solo sirve vino, si quieres agua te da un vaso y te manda a la cocina a por ella.
Ya en Casalarreina (web) aparcamos en la plaza de la Florida, frente al Convento Domenico de La Piedad y en la que se ubican el Palacio de los Pobes y el Ayuntamiento. Hay mucho que ver en el municipio: aparte de lo mencionado, el puente sobre el Oja, los parques del Soto o el Palacio de los Condestables, por ejemplo.
Dimos un breve paseo por el pueblo para acabar en el bar Boulevard, en la Avda. de la Paz, que es la N-232 cuando pasaba por el centro del municipio, ahora peatonalizada. Tomamos un pincho de queso de cabra y un crianza, en un momento en el que el bar estaba en su apogeo. Y no es de extrañar dada la buena pinta del local
Volvimos por el mismo camino para estar en casa casi a las 23:00 y cenamos a base de lo que había sobrado de la comida y algo de embutido.
Pronto nos abrazarían las sábanas, en una noche que se presentaba algo más fría que la anterior.
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Ey JonyMao! felicidades por el blog!
ResponderEliminarPd.: El río que pasa por Casalarreina es el Oja que se junta con el tirón a escasos kilómetros.. un poquito después de Cihuri
saludos ;)
Jejeje, un placer leerte aquí eneko.
ResponderEliminarGracias por la info. Bueno es equivocarse si corriges tu error.
Un saludo