viernes, 14 de agosto de 2009

Ribadesella 08/09 (I)

Día 1: Logroño - Ribadesella
Distancia: 340 km // Tiempo: 5:30 h // Consumo: 30 L
Combustible: 28,80 € // Peajes: 12,80 € // Total: 41,60 €
Itinerario VíaMichelín
En el año 2006 ya acudimos al la fiesta que se monta en torno al Descenso Internacional del Sella. Aunque en tiempos lo que más llamaba a la gente era la competición de piraguas, en la actualidad hay más ente atraída por la fiesta paralela que por el evento deportivo en sí. En nuestro caso también es así.
A las 17:00 de la tarde del viernes partíamos los tres interesados, con nuestras tiendas, sillas, toldos, sacos, comida y bebida... pero, como veríamos después, sin mesas. Queríamos un viaje fluido y cómodo así que tomamos la AP-68 desde Logroño hasta Bilbao y continuamos por la A-8, la Autovía del Cantábrico, hasta la salida 319, que conecta con la carretera comarcal AS-263. En Unquera, donde el doble carril se convierte en uno único, encontramos una retención (es lo habitual en este punto) que nos llevó a recorrer apenas 5 kilómetros en una hora larga.
Elegimos la salida de la autovía antes mencionada, porque la que lleva directamente a Ribadesella por la rotonda de Llovio, iba a ser cortada al tráfico desde el viernes por la tarde obligando a estacionar en el aparcamiento de Truyes. Se encuentra a casi 2 kilómetros del centro del pueblo y no nos apetecía tener que depender del horario puesto para el autobús gratuito que el Ayuntamiento iba a proveer.
Se empezaron a ver tiendas de campaña ya en la entrada del barrio de Orellana, plantadas a doquier en cualquier terreno con unas mínimas disposiciones de permitir que las mismas no se cayeran o fueran atropelladas.
Nosotros aparcamos en la misma zona que ya usamos hacía 3 años, pusimos una tienda en la misma zona que ya lo hicimos hacía 3 años y pusimos otra tienda en un lugar más llano (la grande se encontraba en clara pendiente). Ésta era la distribución (el link a GoogleMaps):

Como llegamos un poco tarde, nos hicimos la cena a base de embutido y nos pusimos a echar unas copas antes de bajar al pueblo, que sería en torno a las 2:30 de la madrugada.

La fiesta en Ribadesella sale de los bares a la calle, donde cada establecimiento monta su barra y unas instalaciones de sonido (algunas con su propio DJ) para poder atender a toda la gente que se congrega estos días.
Nos encontramos con Jimmy (más bien le encontramos nosotros a él), con el guardia civil, con Javi nuestro maestro sidrero, y con miles de personas , cada una con su propia historia.



La vuelta a casa, muy en contra de lo que yo pensaba, la retrasamos hasta las 8:00 de la mañana. Yo llevaba el reloj dos horas y media retrasado (creía que eran las 5:30 y no lo sabría hasta la mañana siguiente) y me fui pensando que se me había hecho sumamente corto.
Cada cual se fue a su madriguera a intentar descansar para el día siguiente.


Descarga el viaje en pdf

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