martes, 2 de marzo de 2010

Jaca (II)


Este era nuestro primer día de nieve, así que intentamos madrugar un poco sin llegar al punto en el que nos costase demasiado esfuerzo. Teníamos 3 días de forfait reservados así que se podía plantear de manera que todos los días pudiésemos hacer snow en buenas condiciones, sin darnos la paliza. Conseguimos ponernos en pie a las 8:30 y bajar a desayunar al buffet libre del hotel, donde cogimos fuerzas para el día a base de tostadas saladas y dulces, bollos, zumo y café.
Volvimos a la habitación para terminar de prepararnos, tampoco muchas cosas ya que todo el material estaba en la furgo para no andar subiéndolo y bajándolo. Lo que sí teníamos en la habitación era la nevera portátil que teníamos permanentemente conectada en el enchufe del baño de la habitación, el cual descubrimos que permanecia con tensión incluso al sacar la tarjeta de entrada. Esto nos permitía tener algo de fruta y unos batidos siempre frescos.

Día 2: Jaca - Candanchú (retorno igual)
Distancia: 30 km // Tiempo: 25 min // Consumo: 3 L
Combustible: 2,84 € // Peajes: 0,00 € // Total: 2,84 €
Alojamiento: 0,00 € // Alimentación: 45 € // Varios: 0,00 €

El trayecto a Candanchú es rápido y razonablemente cómodo teniendo en cuenta la orografía por la que nos movemos. Salimos a buscar la N-330 que lleva dirección Francia y en Canfranc nos desviamos hacia la estación.
Se trata de la estación más veterana de España, lleva abierta desde 1928, e integra las dos modalidades de esquí (nórdico y alpino) en sus instalaciones. Está situada en la cabecera del río Aragón, junto al puerto de Somport y goza de unas increíbles vistas en uno de los enclaves más bonitos del pirineo aragonés.

Cuenta con 39,5 kilómetros esquiables en 44 pistas que salvan un desnivel de 800 metros, que al estar totalmente rodeados de montañas y con una buena orientación, garantizan un buen nivel de nieve durante toda la temporada.
El pueblo de Candanchú se encuentra a pie de pistas y, en condiciones de mal tiempo atmosférico extremo, la estación cuenta con una zona de seguridad. En nuestro primer día no tuvimos es mal tiempo, pero sí bastante niebla a partir de la 1.800 aproximadamente, con lo que desde las cotas superiores la visibilidad era bastante reducida. Lo que se encontraba en unas condiciones muy buenas era la nieve que no había caido hacía más de 2 días.

Empezamos el día en la zona de Tobazo. Rápido nos dimos cuenta de la gran diferencia que existe en pendientes con Valdezcaray, que es la estación que más frecuentamos. Yo ya había visitado estas pistas unas semanas antes, pero debido a la fuerte lluvia que me cayó ese día no pude catarlas en condiciones.
La parte alta de este sector es más moderada, pero la última pala que engloba las pistas Tubo Olla y Stadium Slalom, alcanza una inclinación del 48%. Por si alguien no lo sabe, las pendientes se suelen medir de dos formas: expresando el ángulo que forman con la horizontal en grados o, como en el caso anterior, dando el número de metros que se avanza en vertical para cada 100 metros en horizontal.
Se notaba la ausencia de gente en pistas al ser un día de entre semana. No hay nada mejor: poco agobio, sin esperas y con la nieve casi sin tocar. Disfrutamos de las circunstancias, dedicando un el principio de la mañana a surfear más que a ripar por las pistas. La estación está más enfocada al esquí que al snowboard y no es tan fácil encontrar spots donde practicar figuras. Además las pronunciadas pendientes tampoco dejan mucho margen a los trucos de suelo.
A media mañana nos llegó el momento de suerte, mientras esperábamos un telesilla. Sin que nos hubiéramos dado cuenta, una de las cinchas de las fijaciones de Eva se había desprendido y un hombre nos avisó y nos la acercó. Lo malo es que también faltaba el tornillo de sujección que se había caído en la nieve y dábamos por perdido... pero que encontramos y pudimos volver a montar.
Subimos hasta la cafetería de Tobazo a tomar un caldo calentito para quitarnos el frío del cuerpo. Fue una parada rápida para atrevernos a cambiar hacia el sector Rinconada. Encontramos la pista con un cartel que rezaba "Solo expertos" y con una niebla bastante cerrada. Entre que yo ya había bajado esa pista el día que vine por primera vez y que un monitor que llevaba un grupo no permitió que les siguiéramos para ver por dónde íbamos, nos animamos a bajar.
Es una pista bastante bonita y una de las que más juego permitieron ese día. Salvando un tramo en el que la inclinación ronda el 45%, no hay mayores complicaciones, y contábamos con el buen estado de la nieve. Eso sí, hicimos este tramo más empinado casi a ciegas. Solo eramos capaces de distinguir los palos rojos que señalaban la pista y que nos daban una idea de por donde debíamos avanzar.
Ese sector de la estación se encontraba en peores condiciones climatológicas, la niebla había agarrado con fuerza en los picos que tiene encima, la zona Tuca, y nos bajamos a mitad de telesilla para volver hacia la zona de Tobazo que era la que mejor se encontraba. Aquí vino uno de los momentos que más queríamos retrasar: coger una percha. Es una tarea sencilla con los esquíes pero la tabla te complica la vida en este tipo de remonte. Decidimos que lo mejor que podíamos hacer era probar e intentarlo hasta que nos saliera... y, no sé si por suerte o por habilidad, en el primer asalto llegamos hasta arriba. Será uno de los momentos de más alegría del día sin lugar a dudas.
No alargamos mucho más la jornada, un café en la zona de Pista Grande y unas cuantas bajadas por Tobazo pusieron fin al tiempo de nieve de ese día. Como ya he dicho, más valía repartir fuerzas para los días siguientes que pegarse la paliza el primero.
Antes de subir a la habitación, hicimos una breve parada para surtirnos de alimentos que no conllevaran preparación: pan, yogur, algo de embutido, agua,... De esta manera podíamos solucionar una merienda improvisada fácilmente o llevar comida a la estación para no para a comer.
Nuestro tiempo en el hotel dio para una ducha, un picoteo con lo que habíamos comprado y una corta pero reparadora siesta. Teníamos la clara intención de aprovechar esa tarde para ver las cosas más interesantes de Jaca... pero eso no entraba en los planes de los Príncipes de Asturias. Digo esto porque precisamente ese día se encontraban en la capital de Jacetania con motivo de la inauguración del Año Santo Compostelano.
Multitud de indicios denotaban tan insigne presencia: un helicóptero enorme en la Escuela Militar de Montaña, las calles adornadas, gran presencia policial en todas las esquinas, las furgonetas de diferentes cadenas de televisión,... Nosotros en principio no entendimos semejante alboroto, algo pasaba pero estábamos de vacaciones y nada nos iba a molestar.

Nos pasamos por la Oficina de Turismo, a hacer el habitual acopio de planos y folletos informativos. El chico que nos atendió nos propuso varios itinerarios por la ciudad y la obligada visita a la ciudadela y pasó a darnos información del entorno. No hay mucho más que ver en Jaca para ser sinceros, de hecho hasta nos invitó a pasarnos a ver el Pabellón de Hielo como una visita cultural más. Fue él precisamente quien nos avisó de la presencia de Sus Majestades y que no podríamos ver la ciudadela por dentro. Habría que esperar al día siguiente.
Decidimos volver a recorrer la parte vieja de la ciudad, intentando alejarnos de la zona de afección de la noticia para no vernos envueltos en ninguna charana.

Nos acercamos a la iglesia de San Ginés y San Salvador. Se trata en realidad de dos edificaciones: la iglesia alta o de San Ginés y la subterránea, la de San Salvador. Ésta es una estancia cubierta con bóveda y adornada con pinturas románicas. En 1579, la cofradía de San Ginés, donó a las monjas Benedictinas la iglesia alta, de la que sólo se conserva de su fábrica original la fachada románica, habiéndose reformado el resto en 1730.
Pasamos por delante de su entrada y la rodeamos saliendo por la avenida Oroel, donde se encuentra el alto campanario perfectamente conservado.

Continuamos por esta calle, desde la que se tiene una visión elevada del conjunto de la ciudad más moderno y turístico. Dimos un paseo sin dirección y luego nos acercamos hasta la Torre del Reloj, que el día anterior no habíamos fotografiado. Construida para ser una cárcel tras el incendio que arrasó Jaca, pasó por las manos de diferentes nobles y volvió a desempeñar el papel de cárcel, antes de acabar convirtiéndose en la actual Torre del Reloj, con objeto de no depender del horario de la catedral. Además, actualmente, acoge la Comunidad de Trabajo de los Pirineos.

Poco a poco habíamos hecho tiempo para la hora de la cena, o merienda-cena mejor dicho, ya que esos días adelantamos la hora de cenar para poder ir a la cama con la digestión bien hecha y un poco antes de lo normal. Buscamos por la zona de la Avenida Primer Viernes de Mayo, cual era el sitio que más nos convencía, intentando aunar calidad y buen precio. Nos decidimos por el Pilgrim Café. El local es muy bonito tanto por dentro como por fuera y cuando entramos para ir echando una caña previa a la cena, estaba hasta la bandera. Típico lugar de encuentro después de la jornada de trabajo.
Elegimos una mesa junto a una ventana que marcó la temperatura a la que estaríamos todo el tiempo. Mientras pasábamos algo de frío la gente empezaba a abandonar el lugar y decidimos pasar a comer. Nos movimos a la parte que tienen como restaurante, al fondo, más cercana a la cocina. No quedamos muy contentos con la comida: mi hamburguesa era muy pequeña y algo sosa y la ensalada de Eva era más abundante pero no nos terminó de convencer. Los precios, además, algo más elevados que los que tuvimos la noche anterior.
Volvimos para casa airosos, sin tiempo para bajar un poco la cena, porque el frío que hacía a esas horas no invitaba a andarse con rodeos. Como siempre, en la habitación, un poco de televisión y a dormir.

5 comentarios:

  1. Hola Jony por fin la segunda parte, ya veo que lo pasasteis genial. El tiempo eso si... con niebla, no?

    Nosotros este finde hemos dejada aparcada la auto y nos hemos escapado ha hacer otra salida con raquetas, pero aun sitio que llegar con auto era complicado.

    Te pongo el enlace a facebook por si quieres ver el fabuloso día de sol que nos hizo.

    http://www.facebook.com/pages/Como-ser-Kampista-y-no-morir-en-el-intento/279712774758?ref=nf

    Lo dicho, gracias por esta segunda entrega que nos ha encantado.

    Saludetes.

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  2. Pues sí que lo pasamos bien, pero la visita real fue un fastidio para nuestros planes, como puedes ver.

    Muy bonitas las fotos de esa eskapada vuestra. Nosotros andamos planeando una para el fin de semana que viene quizás. Este nos vamos a Soria y el siguiente queríamos subir a alguna estación, pero este domingo me pegué un leñazo y tengo los hombros tocados. A día de hoy todavía me duele para ponerme el jersey, así que igual hacemos raquetas que es más tranqui.

    Un saludo.

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  3. Hola JOny:

    Pues a recuperarse...En cuanto a las raquetas, lo bueno es que puedes llevar el ritmo que quieras con lo cual te permite si no estas muy fino ir mas poco a poco. Eso si, cansaooo es un rato jaja

    Saludetes y como dicen por aquí a "hacer bondad"

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  4. Si es que con las "planchas" os vais a hacer daño! ;-) , lo dice un palillero que lo probó una vez y con esa tuvo bastante! Lo de las raquetas, es tranquilo pero gratificante!!! Además para entrenar va de maravilla!

    Un saludo y felicidades por el relato!

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  5. Gracias pareja, lo de las raquetas ya es casi seguro. Estamos buscando un finde que venga bien, quizás uno de los días del puente que se acerca. Además ya hemos convencido a algunos amigos para ir a "raquetear" un poco jejeje.
    Lo de la tabla es algo que me encanta. La sensación que me da es, para mi, incomparable a la de los esquis, aunque también cuenta que he hecho bastante skateboard.
    Un saludo

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