jueves, 30 de abril de 2009

Casa rural Urederra, Baquedano 04/09 (y IV)

Día 3: Baquedano - Balcón de Pilatos (retorno igual)
Distancia: 10 km // Tiempo: 15 min //
Consumo: 1 L
Combustible: 0,83€ // Peajes: 0,0€ // Total: 0,83€
En nuestro último día en la casa nos levantamos con más tranquilidad. Beatriz nos había dado la posibilidad de salir por la tarde ya que no tenía huéspedes al día siguiente.
Desayunamos fuerte y vimos el comienzo de la Fórmula 1, que acabaría poco después tras caer un auténtico diluvio en Sepang.
La mayoría subimos a ver las vistas desde lo alto del balcón de Pilatos o mirador de Ubaba, un impresionante anfiteatro rocoso desde el que nace el río Urederra.

La subida la hicimos en coche porque no disponíamos de mucho tiempo... la verdad que, aún con tiempo, no creo que la hubiéramos hecho a pie. Se sube por la misma carretera que ya habíamos usado el día anterior.


Ver Baquedano - Balcón de Pilatos en un mapa más grande
De nuevo pasando por Zudaire siguiendo la NA-718 pero sin entrar en el monte Limitaciones esta vez. Seguimos por la carretera hasta el lugar en el que se dejan los coches, que no es más que una explanada delimitada con unas piedras.
Desde este punto poco hay que caminar para llegar al mirador. Nosotros fuimos en perpendicular a la carretera por la que habíamos llegado, campo a través, pero hay un paseo hormigonado que nos acerca bastante al punto más impresionante del balcón.
En nuestro camino empezamos por el punto más occidental de la formación

Esta foto parece del típico anuncio de Callejeros...

Así está mejor.

Caminamos por el borde del anfiteatro para llegar a la parte más rocosa y abrupta, horadada por el paso del tiempo y las inclemencias de la meteorología. Aquí la pseudo-llanura de la cima se rompe con una caída al vacío de un par de cientos de metros.
Las aves, como el águila real, el buitre leonado o el halcón peregrino, anidan en las escarpadas paredes lejos de cualquier iteración humana. Sólo se acercan cuando sobrevuelan la zona rozando las piedras en sus continuos ascensos y descensos.

Estuvimos un buen rato contemplando el maravilloso paisaje que se observa al lado mismo del precipicio, a escasos centímetros del vacío. Y allí hubiéramos seguido un buen rato sino fuera porque teníamos cosas que hacer antes del viaje de vuelta.
Bajamos a comer a las 14:00 de la tarde y preparamos la tan ansiada parrillada. ¡¡Que jartada de comer!! No pudimos ni acabar la carne asada porque aparte de los 7 kilos largos de carne, se prepararon dos ensaladas enormes y dos buenos platos de embutido (de los que fuimos dando buena cuenta mientras la madera del fuego dejaba la brasa necesaria para asar). Además, antes de todo esto, nos tomamos las correspondientes cervezas con aceitunas... y sardinas y mejillones y...
Así de duro se hizo luego el recoger la casa y el equipaje.

Día 3: Baquedano - Monasterio de Iranzu
Distancia: 27 km // Tiempo: 25 min // Consumo: 2,5 L
Combustible: 2,07€ // Peajes: 0,0€ // Total: 2,07€
Itinerario VíaMichelín
Nos despedimos de Beatriz, deseándole buena suerte con el negocio, y nos encaminamos hacia el Monasterio de Iranzu, sito en Abárzuza en el valle de Yerri.

Lo encontramos cerrado así que dimos una vuelta por afuera sacando cuatro fotos y emprendimos el viaje de vuelta hacia casa.

Día 3: Monasterio de Iranzu - Logroño
Distancia: 58 km // Tiempo: 50 min // Consumo: 5 L
Combustible: 4,15€ // Peajes: 0,0€ // Total: 4,15€
Itinerario VíaMichelín
Ya en Logroño repartiríamos lo que había sobrado.
El resultado: un fin de semana en una casa a todo trapo y comiendo una jartá por unos 80€ por cabeza. Y con buenos entretenimientos natural-culturales.


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jueves, 23 de abril de 2009

Casa rural Urederra, Baquedano 04/09 (III)

Día 2 (tarde): Cuevas de los Cristinos y Akuandi (retorno igual)
Distancia: 25 km // Tiempo: 30 min // Consumo: 2,5 L
Combustible: 2,07€ // Peajes: 0,0€ // Total: 2,07€
Itinerario Google Maps.
Después de la paliza que nos habíamos dado por la mañana y de haber llenado la tripa las ganas de moverse estaban muy mermadas. La tarde que os esperaba también era para cansar y costaba despegar el culo del sofá.
Haciendo un gran acopio de fuerzas y de voluntad nos pusimos en marcha hacia uno de los grandes atractivos del finde: visitar las cuevas de los Cristinos y de Akuandi.
La Sierra de Urbasa (info) cuenta con bastantes cuevas y oquedades, pero de todas ellas las únicas que se pueden visitar libremente son estas dos. Evidentemente son muy sencillas de hacer, no es necesaria experiencia anterior y no presentan ningún tipo de dificultad aparte de prestar cuidado de por donde nos movemos. El hecho de que no implique dificultad no significa que estén exentas de riesgo y es que dentro de una cueva no hay nada libre de peligro. Si no se mira por donde se pisa puede haber caídas muy serias; hay que prestar atención a los techos, bajos y con formaciones puntiagudas; resbalones, tropezones, barro, agua... En definitiva hay que poner atención en lo que se hace.
Para visitar las cuevas es preciso internarse en el monte Limitaciones, imposible de hacer sin el correspondiente permiso (al menos para circular con el coche). No sé exactamente dónde o cómo conseguirlo, pero quizá preguntando aquí se pueda solicitar información. A nosotros nos lo facilitó Beatriz, la dueña de la casa, con la excusa de "visita organizada a las cuevas".
El camino a seguir para acceder a las cuevas, contando con el citado permiso, es el señalado en el mapa:

Más arriba está el itinerario en Google Maps, en la segunda línea de este hilo.
Lo primero de todo recordar que es muy necesario llevar todas las luces posibles: frontales, linternas, candiles eléctricos,... todo lo que tengamos disponible para poder alumbrar nuestro camino. Así mismo es recomendable ropa cómoda y que podamos manchar y calzado deportivo y cómodo (mejor si no es de alta montaña). En este campo Pachi marcó la tendencia a seguir.
Nuestra primera visita fue a los Cristinos, por ser más fácil tanto de encontrar como de ejecutar la visita. El detalle de la entrada se corresponde con el recuadro nº2 del plano:

La entrada ocupa el lugar exacto de la estrella. Consiste apenas en una abertura en forma circular de 2 metros escasos de radio. Se encuentra semitapada por un árbol caído,

el cuál habrá que sortear por debajo, casi arrastrándonos por el suelo. Una vez que se ha pasado este inconveniente tenemos acceso a una escalera rudimentaria que permite la bajada a la primera sala de la cueva.

Entrando un poco veremos varias opciones de continuación, la correcta prácticamente está guiada: subir por unos escalones de piedra, pasar por un marco de una puerta y subir, a mano izquierda, por un pequeño hueco en la pared. Accedemos a una parte que se veía desde abajo, de techos bajos y duros (testados con mi propia cabeza) y con un suelo irregular y en pendiente.
Seguiremos el curso de la cueva que, una vez descendido el tramo a la vista, dará acceso un poco más allá a la sala del lago.
Si nunca se ha estado en cuevas, es esta una visión espectacular. Será necesario concentrar todas las luces disponibles para poder ver en condiciones y también toda nuestra visión, pero merece la pena. Si se quiere cambiar el punto de vista es posible llegar a una playa que se ve al fondo a la izquierda. Para ello subiremos por una pendiente que hay a mano izquierda, ligeramente empinada y bastante resbaladiza y que nos conduce a un estrecho pasillo que habrá que hacer arrodillados.
El llegar a este punto nos regala con la vista del lado largo del lago, mostrando otra playa que se intuye al fondo y a la que se puede llegar... pero mojado.
Aguantamos allí dentro un rato, haciendo el juego de apagar todas las luces y, callados todos, escuchar... el silencio. Es una curiosa experiencia.


Salimos de la cueva desandando nuestros pasos y pensando ya que, si queríamos entrar en Akuandi, debíamos empezar a buscar para que no se hiciera muy tarde.
Entramos un poco al azar, en un quiebro del camino y resultó ser el acertado. No tenía claro si era el que elegimos o el siguiente, pero nos lo tomamos como un paseo por el bosque que tenía un aliciente extra: poder entrar en otra cueva.
La ubicación exacta es esta:

Aunque al comenzar a andar por el camino (no es una pista pero tampoco un sendero) no parezca que lleve a ningún lado, a apenas 800 metros desde el inicio, hay un poste indicador que asienta las esperanzas. La confirmación de que se va por el buen camino es la visión de unos troncos cortados poco antes del acceso a la cueva.
La entrada en esta ocasión es más estrecha y difícil de ver. Prácticamente hay que bajar los pies a ciegas, apoyándolos en las húmedas rocas. Se accede directamente a una antesala en pendiente descendiente y bastante resbaladiza, sin muchos apoyos.
Una vez que llegas abajo, existen dos posibilidades: seguir bajando hacia la derecha o continuar recto a la izquierda. Parece que hacia abajo no hay salida... y hacia la izquierda conduce a un tramo que hay que rapelar, lo que no hizo dar media vuelta. Que ¿por qué digo que hay que rapelar? ¿En qué me baso? En el segundo largo de caída que tuvieron las pilas de la linterna de uno de nosotros. Ese toc, toc, ..........toc, característico de los dibujos animados.
En vista de lo anterior decidimos dar media vuelta y salir de la cueva mientras comentábamos cómo sería la próxima vez que lo intentásemos.


De camino a la casa paramos pan en Zudaire, en busca de la farmacia que encontramos cerrada. Para cenar no hicimos la chuletada finalmente. Se había hecho tarde y no teníamos muchas ganas. Además para hacer lumbre había madera (en lugar de sarmientos) que necesita mucho tiempo al fuego hasta que se pueden usar las brasas. Por esto preparamos un menú rico en hidratos de carbono (pasta) y alguna otra cosa para acompañar.
La velada no se alargó mucho, a eso de las 3:30 de la mañana nos recogíamos los últimos. Para unos sendentarios como nosotros el día había resultado bastante cansado.


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miércoles, 15 de abril de 2009

Casa rural Urederra, Baquedano 04/09 (II)

Día 2 (mañana): Nacimiento del Urederra.
Eran en torno a las 9:30 de la mañana cuando nos poníamos a desayunar. Ya había gente en la cocina y otros todavía aprovecharían los últimos minutos de cama.
El desayuno fue copioso, para coger fuerzas para toda la mañana. Si hay algo que nunca falta en nuestros viajes son cosas para desayunar: desde galletas y bollería variadas a tostadas con jamón; café, Nesquick, leche, zumos,...
El plan de esa mañana era visitar el nacimiento del río Urederra, cuyo significado en euskara es "agua hermosa". Es un paseo fácil y conducido mediante barandillas y escaleras a través del parque natural de Urbasa.
Este es el camino a seguir, en Google Maps:


Ver Itinerario nacimiento Urederra en un mapa más grande
Una vez nos hubimos preparado, partimos hacia el llamado nacedero, que es el manantial en el que nace el río. El inicio del camino está a los pies de la casa homónima en dirección N-NO.

El recorrido desde el punto en el que nos incorporamos nosotros es de unos 5 kilómetros (ida y vuelta) y muy ligero, como ya he dicho. Nada más entrar en el cauce del río

ya se empiezan a tener maravillosas vistas del mismo. El agua tiene un color turquesa envuelto por el espeso manto verde y marrón de la vegetación.

Realmente es un lugar precioso que, aunque cada vez es más visitado, sigue conservando un ligero toque de naturaleza en estado puro.

La parte alta del nacimiento muestra, en determinados momentos del año, varias caídas de agua llegando hasta los 10 ó 12 metros de altura. No coincidió con nuestra visita pero aún así el lugar es impresionantemente bonito. Aunque sí caía el agua, las cascadas no eran más que una pequeña parte de lo que pueden llegar a ser. En su lugar vimos alguna poza de un color mágico con la superficie del agua solamente alterada por las gotas que caían de las paredes recubiertas por un musgo de una tonalidad verde intensa.

Más fotos.
Para llegar hasta este punto había que pasar el único tramo que podría presentar alguna complicación de todo el recorrido: un pequeño salto de un cortado, que bíen podía hacerse alargando la pierna. Esto te dejaba sobre una gran roca en mitad del camino, a bordear o agarrándose cual escalador o a pasar por encima. Esta opción parecía menos arriesgada, ya que no estaba tan expuesta al pequeño precipicio (si es que se puede llamar así) que hay en ese punto. Pero solo parecía y lo demostró un amigo mio que intentó pasar por ahí. En el momento en el que se encaramaba a la roca, Dios sabrá porqué, cayó de espaldas hacía el estrechísimo sendero, librándo por muy poco de caer hacia abajo (según los testigos presenciales).
Durante el resto del fin de semana fue motivo de mofa de los demás, sin embargo las caras en aquel momento eran de lo más serias.
Después de saciar nuestro afán naturalista, volvimos a la casa por el mismo camino que habíamos venido, llevando un ritmo más alegre ya que todo lo que teníamos alrededor era lo que detenidamente habíamos ido viendo a la subida.
Comimos a base de picoteo, con alguna cosilla que había quedado de la cena de la noche anterior. Decidimos guardar la carne para asarla por la noche, previendo una vuelta a casa esa tarde relativamente temprana.
[...]


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lunes, 13 de abril de 2009

Casa rural Urederra, Baquedano 04/09 (I)

DÍA 1: Logroño - Baquedano
Distancia: 67 km // Tiempo: 45 min // Consumo: 6 L
Combustible: 5,16€ // Peajes: 0,0€ // Total: 5,16€
Itinerario VíaMichelín
Como siempre, el dejar los preparativos del viaje para el final nos costó, a mí y a los que vinieron conmigo, algún que otro quebradero de cabeza a la hora de comprar. Organizar la compra de la comida de 2 días para 12 personas no es fácil, sobre todo si comen como nosotros... por lo menos sólo había cuatro opiniones.
El resumen de la compra: 375€ en comida y bebida. Mejor que sobre que no que falte.
La salida se hizo en dos tandas debido a los horarios de trabajo de la gente. Los primeros salimos con hora y media de retraso respecto a la planeada inicialmente (las 19:30) con lo que los del segundo grupo realmente llegaron con un lapso de tiempo de una media hora.
El viaje, tras parar a comprar en el centro comercial Las Cañas alguna cosilla que se nos había olvidado, no se hizo nada pesado. Ya era de noche cuando cogíamos la A-12 hacia Pamplona.
Hay que abandonarla a la altura de Estella, entrando en la ciudad y cruzándola, en busca de la NA-718. Circulamos por ella hasta cruzar con la NA-7187 a dos kilómetros escasos de Baquedano, nuestro destino.
La casa rural Urederra

se encuentra exactamente en el kilómetro 2 de ésta vía, subiendo la cuesta que hay a mano derecha, bastante pronunciada ella. La casa en cuestión es la última de la rampa, a la izquierda de la misma.
Al llegar nos impresionó bastante el edificio de nueva construcción (apenas cuenta un año) y, una vez dentro, todo fueron comentarios positivos y halagos a la dueña de la casa, Beatriz. Habitaciones, baños, salones y pasillos muy bien decorados y con todas las comodidades propias de un hotel de 5 estrellas.


Nada más dejar las cosas en las habitaciones, sin deshacer las maletas, y subir toda la comida (que fueron unos cuantos viajes) empezábamos a hacer la cena, rondando las 22:00 de la noche. El menú fue variado y rápido de hacer: un par de empanadas de atún, sendas fuentes de sandwiches y pan tumacas (o Pa amb tomàquet), todo ello casero, y una buena tabla de embutidos varios y cosas de picar, todo ello regado con cerveza, una magnum de Coto, un Lambrusco rosado y refrescos.
En la sobremesa bañada en licores, disfrutamos de los juegos de mesa puestos a disposición de los inquilinos y, los más trasnochadores, acabamos con una partida de Texas Hold'em, que nos llevaría a la cama a eso de las 5:00 de la mañana.


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