
Viernes
Con objeto de repetir la visita en su variante más deportiva, salimos el viernes por la tarde después de la semana de trabajo, sin idea ninguna de dónde íbamos a dormir. La idea inicial pasaba por hacer la primera noche de camping cerca de las cuevas, para retroceder el sábado a alguna zona más oriental.
Finalmente la decisión la tomó la disponibilidad de los camping, que fuimos comprobando durante el viaje por la autopista a Bilbao. Conseguimos sitio en lo que debía haber sido nuestro destino del sábado noche y que pasó a representar el papel de centro de operaciones: el camping de las Arenillas, en Islares.
Aún le quedaba algo que decir al sol antes de meterse del todo tras el horizonte y aprovechamos esa luz que nos brindaba para montar la tienda entre los tres y empezar a organizar todo de manera que hubiera que hacer/deshacer lo menos posible durante nuestra estancia allí. Sacos, mantas, mesas, sillas, nevera, comida, ropa,... lo habitual y que tanto cuesta tener organizado y a mano.
Entre unas cosas y otras se nos hizo de noche

Dejamos todo listo para dormir

Sábado
Nos levantamos con calma, cerca de las 9:00 de la mañana. Amaneció un día soleado pero fresco y nos pusimos a hacer el desayuno. Café, bollos y galletas para los tres.


Aún tuvimos que esperar más frente a los vestuarios, ya que en esta actividad dan más tiempo a que la gente llegue, además de que antes de entrar al interior hay una pequeña charla introductoria en el mismo punto.

Como no se pueden sacar fotografías en el interior de la cueva no puedo mostrar ninguna imagen para acompañar el relato. De todos modos y tras la pequeña desilusión, deportivamente hablando, que me llevé, el escenario en el que nos movimos volvió a conquistarnos. Estalactitas y estalagmitas, excéntricas, coladas y banderolas, muchas de ellas con el color blanco puro tan característicos de esta caverna, se distribuyen por doquier, tan solo iluminadas con los frontales que portábamos en nuestros cascos.
A medida que nos introducíamos, podíamos ir recordando formaciones y espeleotemas ya conocidas, intentando anticiparnos a las explicaciones de nuestros guías.
Como ya digo, en cuanto al valor turístico y cultural de la visita salí ampliamente satisfecho, pero quién entienda el título de "Visita Aventura" como un pequeño reto deportivo, puede llevarse una pequeña decepción. El camino, si bien no está hormigonado como en la versión más light, se encuentra correctamente pisado y con suficientes ayudas en los puntos un poco más sucios. Lo más complicado del recorrido es la ascensión por una escalera bastante empinada que, no debería suponer una dificultad, para nadie que pueda moverse con normalidad.



Eran las 16:00 cuando nos reinstalamos en nuestra parcela y desplegábamos todos los aparejos para poder empezar a cocinar y posteriormente degustar unos suculentos macarrones con tomate.

Y otro síntoma evidente de la estancia en un camping es que todo se hace más despacio. Da tiempo a hacer menos cosas, pero el estrés es mínimo. Por ello tras comer y sin llegar a echarnos siesta, para bien que estábamos listos para ir a la playa eran casi las 18:00 de la tarde.
Fuimos a la playa de Oriñon, justo enfrente del camping pero a unos kilómetros en coche por la vuelta que hay que dar. La misma que divisábamos por la mañana con una grandísima bancada de arena en la marea baja, aparecía ahora inundada en más de la mitad de su extensión.

Anduvimos distraidos por el mar y la arena durante un rato, hasta que vimos que el sol empezaba a ocultarse tras los peñones que rodean la desembocadura. A la sombra se notaba el frío típico de las costas norteñas y decidimos recoger y acercarnos a Laredo a hacer unas compras para la cena. Para variar encontramos la ciudad en fiestas pero tuvimos la grandísima suerte de aparcar justo en la puerta del pequeño supermercado en el que entramos.
Aprovechamos la coyuntura para quedarnos a disfrutar del ambientillo callejero que reinaba tomando unas cervezas y unas copas de helado en una cafetería del concurrido paseo.

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Camping las Arenillas = 33 €/día para 3 personas, parcela y electricidad.
CUEVAS DEL SOPLAO
Visita turística = 10 €.
Visita aventura = 30 €.