Las dos etapas del Camino de Santiago que recorren La Rioja, las quisimos hacer con un tiempo más fresco que el que encontramos en agosto el año anterior. De hecho, cuanto más frío, mejor. Y puestos a elegir, elegimos el fin de semana con más lluvia, viento y nieve de todo el invierno en comunidad. La primera de las etapas nos llevaría desde casa, en Logroño, hasta Nájera, en una caminata larga, pesada y fría.
Salimos a una hora relajada, sabiendo que no iba a haber competencia a la hora de encontrar albergue en estas fechas. El inicio de etapa lo hicimos uno más, Carlos, que tenía ganas de hacer el Camino de Santiago en los alrededores de Logroño. El comienzo, sobre todo al pasar por el parque de La Grajera [ENLACE], resultó frío con un viento que hacía que la sensación térmica fuese aún peor.
El camino es de sobra conocido por nosotros, pero de todos modos esta perfectamente señalizado. Hitos, columnas, señales y flechas amarillas pueblan el recorrido.
El primer ascenso es al alto que hay tras el pantano y que da paso a la "valla de las cruces", donde los peregrinos dejan su homenaje al Camino de Santiago o a la tierra de la que provienen. Al menos nos sirvió para entrar en calor cosa que se agradecía.
De ahí a Navarrete es cuesta abajo y al llegar al pueblo, de nuevo subiendo, tenemos una tregua en el tiempo. Nos concedemos un desayuno en el hogar del jubilado tras dos horitas de caminar.
Al emprender de nuevo la marcha, cuando comenzábamos a dejar atrás el pueblo, vemos como comienza a nevar débilmente. El suelo está lo suficientemente frío como para hacer que, poco a poco, los copos vayan cuajando.
Para bien que llegamos al siguiente pueblo, en camino ascendente todo el tiempo, todo se ha cubierto de blanco y avanzamos pesadamente y abrigados. En Ventosa hacemos otra parada para comer y beber algo, a la par que esperamos que Noemí venga a recoger a Carlos, que tiene compromisos familiares.
Pronto encontramos otro pico en el perfil de la etapa, el alto de San Antón, que si bien no es tan duro como la gente lo pinta, se nos hizo algo pesado por la nieve acumulada. En el lado contrario, el manto de nieve nos deja estampas preciosas y conseguimos el objetivo de hacer el Camino de Santiago de una forma menos habitual. La gente que nos encontrábamos por el camino no entendía que hubiésemos buscado precisamente ese fin de semana para caminar.
Tenemos ya a la vista nuestra meta, Nájera, pero esto es casi contraproducente, ya que el camino hasta allí se hace largo y parece no acabar. El último tramo no tiene mucho encanto con lo que aún se hace menos llevadero.
El albergue en el que nos alojamos consta de una gran habitación en el hay unas 70 u 80 camas en literas, aunque debido a la poca ocupación en esa época, se restringía el acceso a las primeras ubicaciones. La sala de estar es pequeña y los servicios un poco justos. La verdad es que agradecimos que en el momento en que llegamos había pocos peregrinos, porque en verano tiene que ser bastante complicado alojarse y repartirse allí. Sin embargo el ambiente del albergue sí que nos pareció muy bonito.
Salimos un rato a comer-merendar en un bar que tiene salida a la calle Mayor y al río. Luego volvimos al albergue a jugar a las cartas, leer y charlar un rato, hasta la hora de cenar. Comimos unos bocadillos con unas hamburguesas que llevábamos y nos fuimos a dormir.
DATOS DE LA ETAPA:
PLANOS Y CROQUIS:
Plano en planta con el recorrido de la etapa:
FOTOS DE LA RUTA:
ENTRADAS RELACIONADAS:
Salimos a una hora relajada, sabiendo que no iba a haber competencia a la hora de encontrar albergue en estas fechas. El inicio de etapa lo hicimos uno más, Carlos, que tenía ganas de hacer el Camino de Santiago en los alrededores de Logroño. El comienzo, sobre todo al pasar por el parque de La Grajera [ENLACE], resultó frío con un viento que hacía que la sensación térmica fuese aún peor.
El camino es de sobra conocido por nosotros, pero de todos modos esta perfectamente señalizado. Hitos, columnas, señales y flechas amarillas pueblan el recorrido.
El primer ascenso es al alto que hay tras el pantano y que da paso a la "valla de las cruces", donde los peregrinos dejan su homenaje al Camino de Santiago o a la tierra de la que provienen. Al menos nos sirvió para entrar en calor cosa que se agradecía.
De ahí a Navarrete es cuesta abajo y al llegar al pueblo, de nuevo subiendo, tenemos una tregua en el tiempo. Nos concedemos un desayuno en el hogar del jubilado tras dos horitas de caminar.
Al emprender de nuevo la marcha, cuando comenzábamos a dejar atrás el pueblo, vemos como comienza a nevar débilmente. El suelo está lo suficientemente frío como para hacer que, poco a poco, los copos vayan cuajando.
Para bien que llegamos al siguiente pueblo, en camino ascendente todo el tiempo, todo se ha cubierto de blanco y avanzamos pesadamente y abrigados. En Ventosa hacemos otra parada para comer y beber algo, a la par que esperamos que Noemí venga a recoger a Carlos, que tiene compromisos familiares.
Pronto encontramos otro pico en el perfil de la etapa, el alto de San Antón, que si bien no es tan duro como la gente lo pinta, se nos hizo algo pesado por la nieve acumulada. En el lado contrario, el manto de nieve nos deja estampas preciosas y conseguimos el objetivo de hacer el Camino de Santiago de una forma menos habitual. La gente que nos encontrábamos por el camino no entendía que hubiésemos buscado precisamente ese fin de semana para caminar.
Tenemos ya a la vista nuestra meta, Nájera, pero esto es casi contraproducente, ya que el camino hasta allí se hace largo y parece no acabar. El último tramo no tiene mucho encanto con lo que aún se hace menos llevadero.
El albergue en el que nos alojamos consta de una gran habitación en el hay unas 70 u 80 camas en literas, aunque debido a la poca ocupación en esa época, se restringía el acceso a las primeras ubicaciones. La sala de estar es pequeña y los servicios un poco justos. La verdad es que agradecimos que en el momento en que llegamos había pocos peregrinos, porque en verano tiene que ser bastante complicado alojarse y repartirse allí. Sin embargo el ambiente del albergue sí que nos pareció muy bonito.
Salimos un rato a comer-merendar en un bar que tiene salida a la calle Mayor y al río. Luego volvimos al albergue a jugar a las cartas, leer y charlar un rato, hasta la hora de cenar. Comimos unos bocadillos con unas hamburguesas que llevábamos y nos fuimos a dormir.
DATOS DE LA ETAPA:
- Distancia: 29 km.
- Desnivel: aprox. 300 m.
- Tiempo empleado: 7 h total (aprox. con paradas).
- Localidades: Logroño - Navarrete - Ventosa - Nájera.
- Dificultad: Etapa larga y con un par de puntos con pendiente.
- Alojamiento: albergue municipal | ~70 plazas | donativo | valoración 3/5.
- INFO Camino Santiago: enlace web Consumer.
PLANOS Y CROQUIS:
Plano en planta con el recorrido de la etapa:
FOTOS DE LA RUTA:
ENTRADAS RELACIONADAS:
- Etapa anterior del Camino de Santiago, de Los Arcos a Logroño.
- Un paseo por el embalse de La Grajera.
buena cronica y buenas fotos, hay que ver como os cambio el tiempo de Logroño a Najera, bonitas esas viñas nevadas
ResponderEliminarun saludo