Distancia: 38 km // Tiempo: 35 min // Consumo: 3 L
Combustible: 2,61 € // Peajes: 0,0 € // Total: 2,61 €
Itinerario VíaMichelín
Itinerario VíaMichelín
El Sábado me levanté con ganas de hacer algo de monte, animado el día anterior por Jorge, que me propuso plan y me pidió que le llamase si quería hacer algo. Al final, él no vino pero yo sí...
De todos modos estaba animado a subir y, por no hacer un desplazamiento muy largo, me decanté por subir a Piedrahincada, en la sierra del Moncalvillo, donde ya he estado varias veces subiendo a otros picos.
Para llegar a Castroviejo, que es donde hay que dejar el coche, iremos por la autovía A-12 hasta Nájera donde buscaremos la LR-136. Seguiremos esta vía hasta el cruce con la LR-426 que nos conducirá, pasando por Arenzana de Arriba, Bezares y Santa Coloma, hasta el lugar de estacionamiento. Concretamente será este, justo a la entrada del pueblo
El camino hasta la cima, que alcanza los 1.272 metros de altitud, comienza por un camino de hormigón que hay a la derecha de la carretera en dirección al pueblo. Este camino lleva al área recreativa del nacimiento del río Yalde, pero hay que abandonarlo antes, en un desvío que nos conduce a la derecha hacia el río.
Hay que cruzar el río y empezar a subir por el camino que encontraremos al otro lado. En mi caso, una aglomeración de vacas
me hizo optar por otro camino. Es más cansado pero más bonito, se trata de subir por medio del hayedo
en dirección Oeste. Si no se lleva brújula basta con seguir la dirección que se llevaba antes de llegar a una curva de 180º nada más entrar en el camino, aunque es muy aconsejable si se va a seguir este trayecto, ir provistos del mentado aparato.
Subir sin seguir la pista forestal implica tener que salvar desniveles mucho mayores y, según por donde se suba, incluso obligará a echar mano al suelo. Si hemos seguido bien la dirección indicada, después de unos 20 minutos deberíamos llegar a la pista. Yo continué por ella desde ese punto, para dar una tregua a mi rodilla.
Ya cerca de la cima sí que será preciso atravesar por mitad del campo hasta el pico, los últimos metros. En mi caso no llegué hasta arriba, porque se me acercaba la hora de vuelta, pero no tiene pérdida.
El camino de vuelta lo hice de principio a fin por la pista. Es más seguro, por no enfrentarnos a las elevadas pendientes sobre las que se asienta el hayedo, y nos permite ver otras caras del recorrido, como esta bonita cascada
en un recodo de la senda.
De vuelta a la furgo, calmé la sed con limonada recién sacada de la nevera, mientras descansaba un poco las piernas antes de emprender el regreso a casa por el mismo camino que traje.
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De todos modos estaba animado a subir y, por no hacer un desplazamiento muy largo, me decanté por subir a Piedrahincada, en la sierra del Moncalvillo, donde ya he estado varias veces subiendo a otros picos.
Para llegar a Castroviejo, que es donde hay que dejar el coche, iremos por la autovía A-12 hasta Nájera donde buscaremos la LR-136. Seguiremos esta vía hasta el cruce con la LR-426 que nos conducirá, pasando por Arenzana de Arriba, Bezares y Santa Coloma, hasta el lugar de estacionamiento. Concretamente será este, justo a la entrada del pueblo
Hay que cruzar el río y empezar a subir por el camino que encontraremos al otro lado. En mi caso, una aglomeración de vacas
me hizo optar por otro camino. Es más cansado pero más bonito, se trata de subir por medio del hayedo
en dirección Oeste. Si no se lleva brújula basta con seguir la dirección que se llevaba antes de llegar a una curva de 180º nada más entrar en el camino, aunque es muy aconsejable si se va a seguir este trayecto, ir provistos del mentado aparato.
Subir sin seguir la pista forestal implica tener que salvar desniveles mucho mayores y, según por donde se suba, incluso obligará a echar mano al suelo. Si hemos seguido bien la dirección indicada, después de unos 20 minutos deberíamos llegar a la pista. Yo continué por ella desde ese punto, para dar una tregua a mi rodilla.
Ya cerca de la cima sí que será preciso atravesar por mitad del campo hasta el pico, los últimos metros. En mi caso no llegué hasta arriba, porque se me acercaba la hora de vuelta, pero no tiene pérdida.
El camino de vuelta lo hice de principio a fin por la pista. Es más seguro, por no enfrentarnos a las elevadas pendientes sobre las que se asienta el hayedo, y nos permite ver otras caras del recorrido, como esta bonita cascada
en un recodo de la senda.
De vuelta a la furgo, calmé la sed con limonada recién sacada de la nevera, mientras descansaba un poco las piernas antes de emprender el regreso a casa por el mismo camino que traje.
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