lunes, 27 de julio de 2009

Tempomat en la furgo

Recientemente he instalado el Tempomat, el control de velocidad de la marca Volkswagen, en la furgoneta. Comprado por internet he instalado con mis propias manos, nos permite ahora disfrutar más de los viajes largos dejando descansar las piernas al que conduce.
Adquirido y puesto en la casa el precio oscila entre los 300€ y los 450€ dependiendo del lugar. En mi caso ha salido por menos de 100€.
Posteé la manera de hacerlo en el foro www.furgovw.org (aquí) para que aquél que lo quiera tener pueda hacerlo.


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viernes, 24 de julio de 2009

Villanueva de Teba (y III)

Día 3: Villanueva de Teba - Logroño
Distancia: 71 km // Tiempo: 1:00 h // Consumo: 6,5 L
Combustible: 5,91 € // Peajes: 0,0 € // Total: 5,91 €
Itinerario VíaMichelín
El domingo por la mañana nos levantamos a eso de las 9:00. Nada más desayunar y desperezarnos un poco, acometimos la tarea de tapizar una silla para nuestra casa. La había pintado Eva la semana anterior del mismo color que la cómoda de la entrada y solo faltaba terminarla.
Nos llevó bastante tiempo, ya que era la primera vez que tapizábamos algo y no íbamos sobrados, pero poco a poco y con cuidado la dejamos bastante aceptable.
Los peques llegaron a media mañana con fuerzas renovadas y pidiendo a gritos "Volleyball, volleyball", "Piscina, piscina". Con esto lo único que se podía hacer era jugar a volleyball y llenarles la piscina (una de esas bañeras hinchables).
Como sus papas habían traído dos tartas para precelebrar el cumple de Ester, el tema de la comida se antojaba pesado. Todos se habían llenado comiendo trenza.
Preparamos una menestra con tomate y unos filetes de pavo con verduras a la plancha. En contra de lo que podía parecer comimos bastante (estaría bueno). Sin embargo nos dejó bastante planchados, así que salimos a la calle a dormitar en las tumbonas.
La verdad que poca cosa hicimos por la tarde. Estábamos un poco cansados, así que poco más que terminar lo que habíamos dejado pendiente de la silla y recoger todo lo que habíamos utilizado el fin de semana. Como también habían estado pintando y barnizando las ventanas se acumulaban unos cuantos pinceles y brochas.
Antes de irnos merendamos unas riquísimas empanadillas de atún y huevo de la cosecha de la Isa.
El camino de vuelta a casa siguiendo el mismo itinerario que habíamos traído a la ida.


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martes, 21 de julio de 2009

Villanueba de Teba 07/09 (II)

Día 2: Villanueva de Teba, Casalarreina
Con el fresco característico de la provincia de Burgos el sueño es mucho más agradable que en Logroño, donde el calor apenas te deja descansar.
Madrugamos relativamente, a las 9:00, ya que el albañil se acercó pronto para poder completar el trabajo por la mañana. La salita se encontraba en este estado

Nosotros, viendo la maña que se daba el hombre con la paleta y la llana, decidimos ponernos a otras cosas, empezando por limpiar la casa y la furgo. Ésta necesitaba un lavado un poco en serio, así que me armé con cubo, esponja, Karcher y trapos para frotar y darle agua a presión por todos los recovecos.
Solo me restaba el techo por lavar cuando llegaban los primos de Eva: Ester, José y los peques Ángel y Adrián.
Como parecía que les gustaba la camioneta (como la rebautizó el mayor) les monté la cama para que la vieran y se convirtió en el entretenimiento del fin de semana. Cada dos por tres se meterían a jugar, saltar, bailar y hacer como que dormían.
Comimos muy bien y muy abundante (es lo habitual en esta casa) y, los que pudimos, subimos a las frescas habitaciones a echar una merecida siesta después de la paliza matutina de cama, volleyball, fútbol y carreras con los crios.
Nos levantamos tarde, a eso de las 18:00, y perdimos lo que quedaba de tarde nadando (haciendo nada) hasta que se marcharon los primos de vuelta a su pueblo. En esto aprovechamos para ir a ver Casalarreina y echar alguna foto de las plantaciones de girasol que hay por la zona

En el camino, por la N-232 en dirección Logroño, pasamos primero por Cuzcurrita de río Tirón, para localizar el restaurante Bodega Guillermo, muy conocido en la zona (está aquí). En él podrás disfrutar de un primer plato como patatas con chorizo o pochas, y después hartarte de carne a la brasa. Él, Guillermo, sacará fuentes y fuentes de carne hasta que ya no puedas más y todo al mismo precio. La única pega es que solo sirve vino, si quieres agua te da un vaso y te manda a la cocina a por ella.
Ya en Casalarreina (web) aparcamos en la plaza de la Florida, frente al Convento Domenico de La Piedad y en la que se ubican el Palacio de los Pobes y el Ayuntamiento. Hay mucho que ver en el municipio: aparte de lo mencionado, el puente sobre el Oja, los parques del Soto o el Palacio de los Condestables, por ejemplo.
Dimos un breve paseo por el pueblo para acabar en el bar Boulevard, en la Avda. de la Paz, que es la N-232 cuando pasaba por el centro del municipio, ahora peatonalizada. Tomamos un pincho de queso de cabra y un crianza, en un momento en el que el bar estaba en su apogeo. Y no es de extrañar dada la buena pinta del local

Volvimos por el mismo camino para estar en casa casi a las 23:00 y cenamos a base de lo que había sobrado de la comida y algo de embutido.
Pronto nos abrazarían las sábanas, en una noche que se presentaba algo más fría que la anterior.


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lunes, 20 de julio de 2009

Villanueva de Teba 07/09 (I)

Día 1: Logroño - Villanueva de Teba
Distancia: 71 km // Tiempo: 1:00 h // Consumo: 6,5 L
Combustible: 5,91 € // Peajes: 0,0 € // Total: 5,91 €
Itinerario VíaMichelín
Salimos el viernes por la tarde con destino el pueblo de Eva, no con la intención de alejarnos del ruido incansable de la metrópolis y descansar, sino de trabajar en las muchas cosas pendientes para ir dejando la casa más arreglada.
En principio no teníamos mucha idea del trabajo que íbamos a tener que desempeñar. Un albañil amigo de la familia y vecino del pueblo, había quedado en fratasar y lucir la pared del comedor, después de que el fin de semana anterior Eva (y sus ayudantes) picaran toda la pintura y el yeso antiguos, dejando unos agujeros importantes en la pared.
Como esa tarde no había nada que hacer retrasamos la partida hasta las 19:30, para llegar al pueblo y prácticamente ponernos a cenar.
Aunque se puede hacer el camino casi totalmente por autopista, siempre escogemos la N-232, que te deja en la entrada al pueblo. Es una carretera bonita (aunque con mucho tráfico) que presenta unas vistas increíbles cuando ya está cayendo la tarde, sobre todo estos días de verano en los que refresca un poco por la noche. Circulamos por ella desde Logroño hasta pasado Pancorbo, ya en la provincia de Burgos. Un poco después encontraremos un cruce a mano derecha

que nos lleva a la entrada al pueblo. Es muy estrecho y prácticamente perpendicular a la carretera nacional, lo que obliga a marcar perfectamente la maniobra incluso llegando a circular por el arcén para no ralentizar en exceso el tráfico. A la hora de salir también requiere mucho cuidado, debido a la cantidad de vehículos que circulan por esta carretera.
Llegamos casi a las 21:00 y no perdimos mucho tiempo antes de empezar a hacer la cena. Apenas sacar las cosas que llevábamos, poner en orden de marcha la casa y revisar el estado de los muebles que Eva había comenzado a restaurar la semana pasada.
Preparamos una cena poco elaborada, más de picar que de cocinar, y, tras media hora de televisión, nos fuimos a dormir rondando las 23:00.


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martes, 14 de julio de 2009

Alicante 06/09 (y IV)

Día 3: Alicante - Madrid
Distancia: 421 km // Tiempo: 4:00 h // Consumo: 35 L
Combustible: 31,81 € // Peajes: 0,0 € // Total: 31,81 €
Itinerario VíaMichelín
Para cuando nos levantábamos los peques, mama Isa ya había preparado unas tortillas de patata y unos filetes de pollo para poder comer en la parada técnica que haríamos en Madrid. Incluso había tenido tiempo de planchar y recoger un poco. Parece que para las madres el tiempo pasa más despacio.
Desayunamos con el mar de fondo por última vez (de momento) y comenzamos, remolonamente, a hacer las maletas para emprender la vuelta. A mi no me apetecía pero para Eva, que llevaba 10 días allí, volver era un coñazo soberano.
Para poder llegar a comer a una hora prudente a Madrid, salimos de Alicante, tras recoger a Silvia, a eso de las 11:00 de la mañana. Eva se puso al volante en el primer tramo, saliendo por la A-31 que muere, o nace, a escasos 200 metros del apartamento.
Salió un día muy caluroso y nos obligó a parar para hacer cambio de conductor y poder avituallar, en el mismo punto en el que lo habíamos hecho en el viaje de ida: en La Roda. En esta ocasión en la gasolinera de TAMOIL, que se encuentra una vez pasado el pueblo

A partir de este punto fui conduciendo yo, empezando con un asfalto muy malo, como rayado, que llegaría hasta La Almarcha. Al menos no encontramos tráfico en dirección Madrid ya que la gente aprovecha más el fin de semana y las retenciones se forman hacia la mitad de la tarde.
Encontramos aparcamiento facilmente debajo de casa de Berta y Silvia. Además de dejarlas a ellas en Madrid, los que seguíamos hacia Logroño parábamos a comer. Guste o no, es más cómodo en casa que en la furgo.
Sin tiempo para mucho más, y con idea de no encontrarnos unos de los carriles de la A-1 cortados para dar servicio al tráfico de entrada, salimos hacia las 16:30. Nuevamente Eva se ponía al volante, en un momento duro para ponerse a conducir: la hora de la siesta.
El cambio de conductor definitivo lo hicimos en Boceguillas, unos 25 Km antes de llegar a Aranda de Duero. La circulación era fluida y no me encontraba muy cansado así que el resto del camino lo hice yo.
De Burgos a Logroño cogimos la autopista AP-1, que abandonamos en Pancorbo para continuar el resto del viaje por la nacional N-232 que tantas veces hemos recorrido.


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lunes, 6 de julio de 2009

Alicante 06/09 (III)

Día 2: Alicante
Después de lo cansado que estaba, el sábado no madrugamos precisamente. No serían menos de las 10:30 cuando salíamos de la cama y, de momento, con la única intención de desayunar tranquilamente. Tostadas, zumo y café con vistas al mar.
Poco a poco vamos saliendo del amodorramiento, provocado no solo por el cansancio sino también por el clima que a mí siempre me baja la tensión notablemente. Haciendo vida de gato, cambio la silla por el sofá y nuevamente por la silla, mientras hacemos tiempo para ir a la playa con lo tíos de Eva. Su tío y su primo madrugaron mucho más para echar las cañas al agua.
Ese rato lo aprovecho para buscar una red Wi-Fi abierta para conectarme, algo que es harto sencillo cada vez que visito ese apartamento. Localizo unas 20 redes y habrá como 4 ó 5 abiertas al público.
Por fin nos juntamos para ir a la playa de San Juan. Cogemos dos coches para poder entrar todos y hacemos una breve parada en la gasolinera La Goteta, en Avda. Denia 30

para repostar a razón de 0,969€ el litro de diésel. Hay que tener cuidado con la salida de esta estación de servicio, ya que se encuentra en plena curva en un lugar en el que todo el mundo llega acelerando al ser subida y llevan ya una velocidad considerable.
Aparcamos los coches en el paseo de la playa y nos colocamos junto al agua. La arena estaba ya muy caliente y el sol pegaba fuerte, así que más valía no tener que andar mucho para poder refrescarse.
Para no faltar a la verdad no me gustan nada las playas del Mediterráneo. No por las características de las mismas si no por el tipo de turismo asociado y el urbanismo que conlleva.


Construcciones muy verticales, pegadas a la arena y, muchas veces, de escaso valor estético (opinión personal desde luego). Es la estridente evidencia de lo que ha primado a la hora de desarrollar los núcleos urbanos de la zona: el turismo, que es lo que da dinero, sobre la integración ambiental o la coherencia urbanística, que cuesta dinero.
Retirando de mi mente estas ideas, estuvimos un rato metidos en un agua caliente como no recordaba. Hace apenas un mes la cataba mucho más fría en Salou, lo que no me hacía esperar la agradable temperatura que iba a tener en Alicante.
Tras mirar en algunos restaurante de la zona y comprobar que los menús de día se cobraban a 30€, nos acercamos al centro de ocio Panoramis, junto al puerto de Alicante. Elegimos el Hollywood Foster´s que se sitúa de cara a los barcos atracados.

No es uno de mis sitios favoritos pero quedé gratamente sorprendido por alguno de los bocados. El primero en uno de los entrantes, no recuerdo su nombre pero sí que llevaba queso Brie empanado con uvas rojas y estaba muy bueno. Y después en mi segundo plato, costillas con salsa cajún.
Aunque lo que más apetecía tras el atracón era una buena siesta (como hicieron algunos) Eva, Berta, Silvia y yo fuimos a la playa de nuevo, a conseguir look bronce.
Elegimos en esta ocasión la playa entre Urbanova y Arenales del Sol. Pese a estar cerrado (por lleno) metimos la furgoneta hasta el parking junto a la playa, al que se accede por la rotonda situada entre ambas urbanizaciones. Un poco antes hay un Furgoperfecto de los que buscan en el foro furgoVW.
Esa siesta deseada casi tuvo lugar finalmente en la arena. Estuvimos un rato tumbados dejando pasar el tiempo y luego nos dimos un chapuzón que se sintió más fresco que por la mañana. Jugamos un rato con las palas en el agua, justo en la zona en la que la orilla tenía mayor pendiente, lo que hacía que te cansaras más. Era la excusa perfecta para sudar y darse otro baño.
Más o menos a las 19:00 recogíamos el campamento y nos íbamos a la piscina de la urbanización, que seguía con su agua calentorra, que parece que esté climatizada.
Por la noche fuimos a ver los fuegos, pero antes teníamos que cenar. Buscamos sitio en el que sentarnos durante un rato pero la inmensa marea de gente que había ese día nos hizo optar por comprar unos bocadillos y comerlos en la playa. El Bocatta nos pillaba de camino, así que allí fuimos a parar, guardando una cola que llegaba hasta fuera del local. La anécdota la protagonizó un señor, quizá no del todo en sus cabales, que no tenía mucha intención de guardar esa cola. Se colocó detrás de mí aún cuando había más gente detrás... y le habían echado el alto.
El buen hombre argumentaba que el había ido más veces allí, que había uno que le conocía y que tenía derecho, además, decía, ni siquiera le iban a preguntar qué quería porque ya lo sabían.
Así las cosas empezó a empujarme distraídamente y decirme que si a mí tampoco me dejaban colarme. Le contesté que cada cual debía guardar su puesto en la cola, cosa que no debió hacerle mucha gracia porque, después de despotricar un rato más, se marchó diciendo que él no iba a esperar para comer un bocadillo... Pues nada.
Ya en la playa nuestro asombro por la cantidad de gente se vio multiplicado. Estaba abarrotada y estábamos en la parte más lejana a los fuegos.

A mi personalmente no me parecieron los más maravillosos del mundo, pero los allí reunidos disfrutaron de lo lindo dejando escapar algún "¡Ohhh!" y dando palmas cada vez que alguno hacía mucho ruido.
A casa volvimos a pie, unos 40 minutos de caminar, porque era misión imposible coger un taxi. O casi, porque Isabel y Chari asaltaron uno. Literalmente. Abrieron la puerta mientras iba moviéndose despacio en una rotonda y se metieron dentro en un abrir y cerrar de ojos.
El resto, cuando llegamos a casa, estábamos deseando meternos en la cama y desmayarnos.


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jueves, 2 de julio de 2009

Alicante 06/09 (II)

Día 1: Madrid - Alicante
Distancia: 421 km // Tiempo: 4:00 h // Consumo: 35 L

Combustible: 31,81 € // Peajes: 0,0 € // Total: 31,81 €
Itinerario VíaMichelín
Berta y Silvia, llegaron a casa a las 15:30 y salíamos media hora después, habiendo dejado el tiempo justo para comer un sandwich y coger las 4 cosas que necesitaban.
Circulamos por la M-30 hasta el punto en el que nace la A-3 (E-901), la Autovía del Este. La vía se presentaba con tráfico fluido y el clima era bueno; parecía que en menos de 4 horitas estaríamos bañándonos en la playa... pero unos kilómetros después de haber cogido la autovía encontramos retención.
Hacía poco me había fijado en un cartel de carretera que rezaba:
"LA ALMARCHA
01:30 h"
pero como no sabía dónde estaba ni cuánto costaba llegar normalmente no le di más vueltas.
En realidad esa hora y media fueron dos horas. Dos horas de contínuo acelerar y frenar. Ponerte a 120km/h y darte de bruces, en la salida de una curva, con decenas de coches parados. Que no entiendo cómo no vimos ningún accidente.
Esta caravana intermitente nos acompañó hasta el punto en que la autovía se desdobla llevando caminos separado hacia Valencia o Alicante, cerca de Atalaya de Cañavate. Es ahí donde cogemos la A-31, la Autovía de Alicante.
Cuando llevábamos cerca de 3 horas de viaje desde Madrid, hicimos parada y fonda en una estación de servicio en La Roda, que parece que es el lugar que todo el mundo elige para repostar o avituallarse cuando migra hacia la costa. Habría allí más de 20 coches, en una estación que para nada es como las de autopista con restaurante y cafetería, no.
Seguimos nuestro camino para llegar casi 2 horas más tarde a Alicante, habiendo recorrido los paisajes semi-desérticos de la llanura albaceteña, que no da paso a figuras con relieve hasta llegado Almansa.
El apartamento se encuentra en el residencial Isla Tabarca,

al sur de Alicante frente al puerto, que se ve al fondo de la foto. Ésta es su situación en Google Maps.
Después de llevar alrededor de 9 horas conduciendo (aún con descanso y usando el Tempomat acabas cansado) no hice más que subir la maleta, ponerme el bañador y bajarme a la piscina. Un auténtico placer pese a estar muy caliente; hubiese deseado que estuviera congelada.
Cuando volví a casa me esperaba ya en la mesa una cena a base de tortillas de patata, ensaladas, verduras a la plancha y picoteo. Perfecto. Nada más llegar los tíos de Eva nos pusimos manos a la obra para dejar los platos lo más limpios posible.
Antes de ir a la cama quisimos aprovechar la tregua que da el clima por la noche en la Costa Blanca, y nos dejamos guiar por David a un bar de copas donde ponen los cubatas con mucho mimo. Se encuentra en la c/ Ramón Gómez Sempere, en el lugar marcado

y en la terraza se puede estar muy a gusto cuando sopla un poco la brisa, disfrutando de tu combinado con azúcar en el borde de la copa y granos de café en ella.
Después de un buen rato comentando y riendo volvimos sobre nuestros pasos para ir a dormir. Eran ya la 1:30 de la madrugada y el viaje había sido largo, además había que aprovechar el día siguiente en la playa.


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