Este fin de semana pasado, habiéndose terminado la temporada de esquí sin que hayamos pisado la nieve con las tablas en los pies, volvimos al San Lorenzo para practicar nuestra técnica con los crampones y el piolet.
Nos acercamos hasta el aparcamiento de la estación de esquí de Valdezcaray el viernes por la noche, junto con Roberto y Abraham, para hacer noche en las furgos y poder entrar por la mañana temprano. Durante la semana había caído bastante nieve, pero para el fin de semana se esperaba lluvia y temperaturas más altas, con lo que cuanto antes estuviésemos pisando nieve, mejor la íbamos a encontrar.
La carretera de acceso a la estación se encuentra en pésimas condiciones, con grandes agujeros en el firme. Una vez superada, intentamos colocarnos en algún lugar que nos protegiese del frío por la noche, pero no lo elegimos muy bien. El frío no se nota con la calefacción, pero fue bastante difícil pegar ojo con el fortísimo viento que soplaba... por lo menos para algunos.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
A las 7:30 ya estábamos todos de pie y para las 8:40 nos poníamos en marcha después de un buen desayuno y de haber considerado posibilidades. Como el día no amaneció muy prometedor, decidimos subir algo de material, más para practicar que por si nos fuese a resultar necesario.
Coincidimos a la salida con un par de grupos que subían con los esquíes de travesía y avanzamos paralelamente subiendo al inicio por las pistas. La nieve, que estaba pisada, no había congelado y se encontraba bastante húmeda y blanda. La niebla enseguida empezó a hacerse más densa y dejamos de ver más allá de 20-25 metros de nuestra posición.
Decidimos seguir por debajo del telesilla de Rehoyo, para amenizar un poco el ascenso que por la pista estaba siendo bastante aburrido. Al salir a tramos no pisados, el avance comenzó a ser más pesado al hundirnos hasta las rodillas en la nieve.
Al llegar a la pista de Colocobia, decidimos subir un poco por ella para ver si podíamos hacer algún corredor de la cara Norte del San Lorenzo. Hacia ella giramos poco después de la cuarta pilona del telesilla, guiándonos de lo que podíamos recordar del monte en días claros.
Roberto y Abraham, que iban en cabeza, encaminaron directos hacia arriba y después corregimos un poco hacia la izquierda, en busca de los grandes tubos que se forman en esta cara. Sin embargo no conseguimos dar con ellos, encontrando a cambio un estrecho corredor que parecía empinar bastante. En la base del mismo optamos por no poner crampones ni asegurar con la cuerda, ya que el estado de la nieve era bueno para progresar. Éste fue el paso más bonito de la vía, encajonado entre dos grandes rocas y con un pequeño resalte en el que había que trepar.
Continuamos con una pendiente rondando los 45º con nieve pesada y poco compacta que nos metía hasta la cintura. Una niebla meona nos iba calando hasta los huesos, llevando los Gore Tex completamente calados por afuera.
En un momento dado, avanzamos en horizontal, haciendo una ligera travesía en la que el manto ganaba dureza, y decidimos ponernos los crampones para continuar con más garantías (y para no solo pasearlos en la mochila). Además, Eva y Abraham se encordaron para darle un poco de seguridad a ella. Rápido llegamos a la salida hacia el cordal NO, que presentaba una pequeña cornisa de nieve que le dio algo de emoción a la fácil subida.
En este punto el viento era muy fuerte, siendo lo que más nos incomodaba en el tramo que nos separaba de la cima del San Lorenzo. En ella coincidimos con varios grupos y nos cobijamos en el refugio comentando historias y compartiendo viandas.
En la bajada del cono cimero, la niebla se hizo muy densa y el frío, al salir de la cabaña, se percibía más intensamente. En 10 minutos llegamos a la pista de Campos Blancos y nos encaminamos hacia la cumbre del Cabeza Parda, con 2.106 metros de altura. Sin ninguna dificultad en su ascenso, permitió alargar un poco la ruta y tachar otra de las cimas de La Rioja.
Completamos el descenso hasta las furgos rápidamente, con alguna metida de pata en riachuelos o tocando el barro en algún cortado. Nos cambiamos de ropa, que estaba empapada y recogimos todo el material. Bueno yo no pude completar estos dos pasos como los demás, ya que me dejé gran parte de la ropa de recambio.
Acabamos la jornada echando una caña en Ezcaray, con un calorcito amodorrante, antes de volver a Logroño.
DATOS DE LA RUTA:
PLANOS Y CROQUIS:
Plano en planta con el itinerario
Ascenso cara Norte San Lorenzo.
El corredor más de cerca.
El ascenso al Cabeza Parda no presenta ninguna dificultad por lo que no se muestra croquis.
FOTOS DE LA RUTA:
ENTRADAS RELACIONADAS:
Nos acercamos hasta el aparcamiento de la estación de esquí de Valdezcaray el viernes por la noche, junto con Roberto y Abraham, para hacer noche en las furgos y poder entrar por la mañana temprano. Durante la semana había caído bastante nieve, pero para el fin de semana se esperaba lluvia y temperaturas más altas, con lo que cuanto antes estuviésemos pisando nieve, mejor la íbamos a encontrar.
La carretera de acceso a la estación se encuentra en pésimas condiciones, con grandes agujeros en el firme. Una vez superada, intentamos colocarnos en algún lugar que nos protegiese del frío por la noche, pero no lo elegimos muy bien. El frío no se nota con la calefacción, pero fue bastante difícil pegar ojo con el fortísimo viento que soplaba... por lo menos para algunos.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
A las 7:30 ya estábamos todos de pie y para las 8:40 nos poníamos en marcha después de un buen desayuno y de haber considerado posibilidades. Como el día no amaneció muy prometedor, decidimos subir algo de material, más para practicar que por si nos fuese a resultar necesario.
Coincidimos a la salida con un par de grupos que subían con los esquíes de travesía y avanzamos paralelamente subiendo al inicio por las pistas. La nieve, que estaba pisada, no había congelado y se encontraba bastante húmeda y blanda. La niebla enseguida empezó a hacerse más densa y dejamos de ver más allá de 20-25 metros de nuestra posición.
Decidimos seguir por debajo del telesilla de Rehoyo, para amenizar un poco el ascenso que por la pista estaba siendo bastante aburrido. Al salir a tramos no pisados, el avance comenzó a ser más pesado al hundirnos hasta las rodillas en la nieve.
Al llegar a la pista de Colocobia, decidimos subir un poco por ella para ver si podíamos hacer algún corredor de la cara Norte del San Lorenzo. Hacia ella giramos poco después de la cuarta pilona del telesilla, guiándonos de lo que podíamos recordar del monte en días claros.
Roberto y Abraham, que iban en cabeza, encaminaron directos hacia arriba y después corregimos un poco hacia la izquierda, en busca de los grandes tubos que se forman en esta cara. Sin embargo no conseguimos dar con ellos, encontrando a cambio un estrecho corredor que parecía empinar bastante. En la base del mismo optamos por no poner crampones ni asegurar con la cuerda, ya que el estado de la nieve era bueno para progresar. Éste fue el paso más bonito de la vía, encajonado entre dos grandes rocas y con un pequeño resalte en el que había que trepar.
Continuamos con una pendiente rondando los 45º con nieve pesada y poco compacta que nos metía hasta la cintura. Una niebla meona nos iba calando hasta los huesos, llevando los Gore Tex completamente calados por afuera.
En un momento dado, avanzamos en horizontal, haciendo una ligera travesía en la que el manto ganaba dureza, y decidimos ponernos los crampones para continuar con más garantías (y para no solo pasearlos en la mochila). Además, Eva y Abraham se encordaron para darle un poco de seguridad a ella. Rápido llegamos a la salida hacia el cordal NO, que presentaba una pequeña cornisa de nieve que le dio algo de emoción a la fácil subida.
En este punto el viento era muy fuerte, siendo lo que más nos incomodaba en el tramo que nos separaba de la cima del San Lorenzo. En ella coincidimos con varios grupos y nos cobijamos en el refugio comentando historias y compartiendo viandas.
En la bajada del cono cimero, la niebla se hizo muy densa y el frío, al salir de la cabaña, se percibía más intensamente. En 10 minutos llegamos a la pista de Campos Blancos y nos encaminamos hacia la cumbre del Cabeza Parda, con 2.106 metros de altura. Sin ninguna dificultad en su ascenso, permitió alargar un poco la ruta y tachar otra de las cimas de La Rioja.
Completamos el descenso hasta las furgos rápidamente, con alguna metida de pata en riachuelos o tocando el barro en algún cortado. Nos cambiamos de ropa, que estaba empapada y recogimos todo el material. Bueno yo no pude completar estos dos pasos como los demás, ya que me dejé gran parte de la ropa de recambio.
Acabamos la jornada echando una caña en Ezcaray, con un calorcito amodorrante, antes de volver a Logroño.
DATOS DE LA RUTA:
- Distancia: 7,7 km | Corredor de 250 m
- Desnivel: 820 m
- Tiempo empleado: 5:50 h total | 3:05 h en movimiento
- Cimas: San Lorenzo (2.272m), Cabeza Parda (2.106m)
- Material: Crampones y piolets. Cuerda de 30 m, friends y tornillos de hielo, dependiendo de las condiciones de la nieve
- Dificultad: Solo en el tramo del corredor de la cara Norte se ecuentran pendientes rondando los 45º y un pequeño resalte que puede estar cubierto según la nieve acumulada. El acceso al cordal puede llegar a los 60º.
- Track GPS: enlace a Wikiloc.
PLANOS Y CROQUIS:
Plano en planta con el itinerario
Ascenso cara Norte San Lorenzo.
El corredor más de cerca.
El ascenso al Cabeza Parda no presenta ninguna dificultad por lo que no se muestra croquis.
FOTOS DE LA RUTA:
ENTRADAS RELACIONADAS:
- Hace unos meses también subimos al San Lorenzo.