jueves, 26 de mayo de 2011

Ascensión al Toloño

Planeándolo a última hora, acometimos la ascensión a uno de los picos que le tenía ganas dentro del entorno riojano: el Toloño. Mediando entre tierras alavesas y riojanas al igual que otras cumbres de la zona, se erige como la cima principal con sus 1.271 m. Nuestro camino de hecho empezó en el límite entre las dos comunidades autónomas.

Pronto nos daríamos cuenta de que el pequeño paseo que habíamos preparado para pasar un par de horas largas andando, iba a ser más complicado y duro de lo que todos habíamos previsto. Sin llevar ni 10 minutos andando ya habíamos hecho la que sería nuestra primera excursión a través del bosque.

Poco a poco nos íbamos desprendiendo de las capas externas de ropa, caminando ya por pista cómoda y con el primer objetivo del día a la vista: el Azkorri o Peña Colorada.

Al poco nos encontramos con una puerta metálica que se franquea sin problemas y que volvemos a dejar como estaba tras pasar. Como íbamos a intentar hacer la ruta más o menos rapidito, decidimos atajar un poco subiendo más directos por el bosque, ahorrando unos cuantos cientos de metros.

Escasos 200 metros después y tras un tramo bastante más empinado que lo recorrido hasta el momento, alcanzamos de nuevo la pista por la que íbamos. Empezamos a ver muchas ramas en el suelo y árboles enteros talados.

Desde aquí tenemos vista a la cara Norte de la Sierra de Cantabria.

No encontramos practicamente a nadie en todo el trayecto, sin embargo, la zona cuenta con marcas de GR y de varios PR, entre ellos uno que lleva a la cima del Toloño.

En nuestro caso decidimos seguir de momento por la pista más evidente, pensando que los recorridos no iban a tocar los mismos puntos intermedios que nosotros queríamos pisar.
Pronto llegamos a una bonita y amplia pradera...

donde todavía seguir los hitos era una tarea más o menos sencilla.

Sin embargo, en la arboleda que venía a continuación, resultó ser bastante más complicado. Se había hecho una tala recientemente y las marcas del camino habían desaparecido de los troncos y del propio terreno. Nos guiábamos más por lo que pensábamos o por eventuales trazas hechas por el paso de otros senderistas.

El camino no resultaba difícil técnicamente en ningún momento. Incluso nosotros mismos nos buscamos la manera de complicarlo para hacerlo un poco más divertido.

Llegamos a la primera meta del día, el Azkorri, 1.225m. Sin embargo, no fuimos capaces de encontrar la cima con su buzón y comimos un poco para coger fuerzas a la sombra que nos procura el denso hayedo.
Después de 20 minutos tragando, que es otro de los motivos por los que se va al monte, reanudamos la marcha dejando atrás la Peña Colorada y perdiendo algo de altura en los primeros metros en dirección al collado Salsipuedes.

Aunque hay que ir prestando atención para no desviarse, los indicios del camino son muy reconocibles.

En el mencionado collado, volvemos a enlazar con el sendero de Pequeño Recorrido que conduce a la cima del Toloño. Esto nos hace sentir una cierta tranquilidad al entender que ya resultará casi imposible perderse. Nos vemos ya comiendo el bocadillo en el punto más alto del recorrido.

Pero nada más lejos de la realidad. Lo que nos venía por delante era cerca de una hora de subir y bajar sin una idea clara de hacia donde tirar. Viendo el final sobresaliendo por encima de las copas de los árboles pero sin saber cómo alcanzarlo. Gastando las piernas caminando sobre el manto de hojas caídas y los riñones esquivando ramas y subiendo a piedras.

Hasta que por fin se abre un claro ante nosotros, por fin podemos ver una luz al final del túnel.

Aunque lo habíamos llevado con muy buen humor, el cansancio físico (sumado al psicológico por el sentirse uno perdido) nos comió las fuerzas en gran medida.
Con todo y con ello decidimos, aún pensando que podía no valer para nada, hacer un esfuerzo y encaramarnos a un grupo rocoso que se levantaba en lo que debía ser la dirección hacia el Toloño.

Unos minutos después nos plantábamos en la explanada en la que se levantó en su tiempo la ermita de Nuestra Señora de Toloño, de la que actualmente solo quedan los restos más bajos de los muros exteriores. Alcanzamos a ver también la que hubiéramos querido contar como tercera cima del día: el Pico León (1.206m). Finalmente, viendo el estado en el que se encontraba el grupo, lo más sensato resultó ser dejar ese pico para otra ocasión.

Pero el que no íbamos a perdonar a estas alturas de la película era nuestro objetivo principal, que pudimos observar perfectamente mientras volvíamos a comer algo a la sombra de uno de los pocos árboles que encontramos en esas cotas.

Pasados los 15 minutillos necesarios para comer y reposar en la hierba, afrontamos los últimos metros de subida, accediendo rapidamente a la cima del Toloño y culminando la mañana que tanto habíamos luchado.

Hacia el Sur se nos abren las tierras riojanas, con Haro y el río Ebro como grandes protagonistas. Y, hacia el Norte, las tierras alavesas, perfectamente recogidas en esta panorámica.

Evidentemente, y para poder demostrar con imágenes nuestras palabras, nos hicimos la pertinente foto de cima.

Se estaba bien sentados en allí arriba, pero ya habíamos perdido mucho tiempo y había que volver a casa.
Nos pusimos a andar de vuelta, pero intentamos buscar un camino más rápido y cómodo que el que habíamos seguido a través del hayedo... lo que nos llevó a unos minutos de incertidumbre pensando que nuevamente nos volveríamos a perder.

Pero esto no llegó a suceder, aunque hicimos gran parte del recorrido de vuelta por un itinerario diferente al de la ida.
Llegado el momento de situarnos y conocer el camino hacia el coche, hasta en dos ocasiones decidimos variar el rumbo en busca de otras posibilidades más entretenidas.
En esta ocasión no tuvimos que sufrir tanto para avanzar como en la subida y pudimos disfrutar de los paisajes que fuimos encontrando.



Te puede interesar:
Información sobre Haro = 
link web oficial.
Información sobre Labastida = link web oficial.
¿Dónde comer? = La gastronomía en cualquiera de los dos municipios citados cubrirá de sobra nuestras necesidades.
¿Dónde dormir? = Igualmente en estos dos pueblos encontraremos todo tipo de alojamientos. Con la furgo, en el punto mismo desde el que comienza esta ruta.

DATOS DE LA RUTA
Distancia recorrida = 13,64 kilómetros.
Desnivel acumulado= 649 m.
Tiempo invertido = 6:33 (tiempo total, teniendo en cuenta que nos perdimos).
Material = Ninguno (bastones recomendables).
Dificultad = Fácil.

Track GPS = link a Wikiloc.

sábado, 7 de mayo de 2011

Sector Pikutxis; escalada en San Fausto

Con el buen sabor de boca que nos había dejado en nuestro debut en esta escuela, no tardamos en volver más que una semana. Pero para que pudiésemos disfrutar los tres que íbamos, decidimos acercarnos al sector Pikutxis, el más orientado a la iniciación de San Fausto.
Álvaro y Eva todavía no se encontraban cómodos escalando de primero en roca (Eva ya lo había intentado con más o menos buenos resultados en Anguiano) y este sector llenos de vías de 4º y 5º grado es el ideal para hacer metros e ir cogiendo soltura y perdiendo el miedo.
Para acceder a él hay que llegar primero hasta el pueblo de Eraul donde dejamos la furgo. Nosotros nos acercamos hasta un pequeño aparcamiento junto a unas construcciones para el campo donde encontramos algo de sombra. Justo desde ese punto parte el camino hacia el sector Pikutxis y hacia el resto de la escuela.

Para empezar a calentar y tener un comienzo tranquilo elegimos dos vías cotadas de 4c, ya que las de grado más bajo estaban ocupadas por un grupo contratado. Las agraciadas fueron Pasacalles medieval y Xanto, pis y puxeta. El encargado de catar el grado fui yo por votación popular.

Me encontré una pared bastante tumbada y con un tacto agradable, sin esa característica agresividad que encontramos en otros sectores de la zona. El inicio, como sería la tónica en toda la jornada, es la parte más vertical de las vías, por lo menos de las más asequibles.
Eva fue la siguiente en probar, una vez hubimos desmontado, y disfruto mucho al completar la vía entera.

Los tres pasamos por ambas vías subiendo de primeros y completándolas sin muchos contratiempos. Sin considerarnos unos expertos, parece que el grado está puesto con cariño en esta escuela, o en este sector al menos.

Nos sirvió para aprender a lagartijear, a arrastrar la barriga por la pared para no sacar el centro de gravedad. Todavía nos cuesta mucho no sacar el culo hacia afuera.
Poco a poco iba llegando gente, la mayoría con niños o con amigos principiantes que quieren probar la escalada.

Buscando no desplazarnos mucho, encontramos otro grupo de vías del mismo grado a la derecha de donde nos encontrábamos y nos instalamos en Txanogorritxo.

Discurre paralela a Marigorringo, también 4c, que recorre un diedro muy interesante y que queríamos haber atacado después, aunque finalmente nos lo saltaríamos para intentar el primer quinto de la mañana.

Aunque algunos se buscaron el acercamiento a la esquina más que otros.

Concretamente afrontaríamos El señor del bosque, 5b. Con una salida un pelín más compleja, incluyendo una pequeña barriga, se convierte, salvado el escollo inicial, en una escalera de grado III.
Sin embargo a Álvaro se le cruzó el comienzo al llevarse un golpe en la rodilla derecha que le hizo parar unos minutos.

En vista de que el grupo organizado dejaba la parte más fácil del sector, decidimos acercarnos allí con intención de meter metros de escalada rápidos para ganar algo en resistencia y, sobre todo, en confianza en nuestro saber hacer.
Aquí encadenamos Quiquiriquí ¿qué fas astí? y El hombre cigüeña, ambos 4b+, bastante fáciles.

Teniendo ya en el saco media docena de vías, estimamos que había que subir el nivel para poder tocar cosas más complicadas si queríamos sacar algo de rendimiento al día.
Nuestros siguientes objetivos fueron Jolasleku y Velociraptor, ambos 5a, que se convirtieron en las primeras vías de quinto grado que Eva encadenaba completamente. ¡Muy bien lagartija!

A estas alturas de la película llegaban Isaac y Tania y nos juntábamos las dos cordadas repartiéndonos varias vías. Pasamos por Finitomil, 4c, y un poco más a la derecha por La danza de las raposas, 5b, y Gezi urdiña, 5c.
Como opinión personal, que coincidió en gran medida con la de los demás, la tripa que hay que superar en el 5b la hace quizás más complicada que la última de las mencionadas. Pero de todos modos no se nos resistieron.

Aprovechando la presencia de Isaac, en quien confiaba en el caso de que no pudiera cumplir con mi objetivo, me atreví a intentar justo antes de irnos, la vía Aquí te espero, mi primer 6a+ (y de hecho mi primer sexto). Tiene una salida para forzar un poco y un final para hacer en bavaresa con una caída muy fea hacia la grieta. Lamentablemente me quedé en la última chapa, sin fuerzas ni valor para seguir hasta la reunión.

Con algo de frustración por mi parte, nos despedimos de la gente que había allí y nos pusimos rumbo a Logroño, para ver el primero de los 4 partidos del siglo que se iban a disputar en cuestión de 20 días.
Contentos por haber tenido buen clima, por haber hecho muchos metros de escalada, por haber encadenado vías y, para Eva, incluso de quinto grado,... no podíamos tener mejor despedida ni recompensa que la maravillosa puesta de sol que vimos esa tarde.

Acabamos muy cansados pero sumamente satisfechos y con muchas ganas de volver a escalar pronto.