Este viaje lo idearon, prepararon y organizaron las chicas: Eva, Berta, María y Noemí. Carlos y yo hicimos más el papel de invitados que de cooperantes.
Ya había estado tres veces este año en Cantabria pero no me importaba repetir porque hay mucho que ver en esta comunidad, como reza el eslogan: Cantabria Infinita. Además me interesaba conocer más Santillana del Mar y sus alrededores, de los que tenía buenas referencias.
Ya había estado tres veces este año en Cantabria pero no me importaba repetir porque hay mucho que ver en esta comunidad, como reza el eslogan: Cantabria Infinita. Además me interesaba conocer más Santillana del Mar y sus alrededores, de los que tenía buenas referencias.
Día 1: Logroño - Viveda
Distancia: 270 km // Tiempo: 2:30 h // Consumo: 24 L
Combustible: 22,32 € // Peajes: 12,80 € // Total: 35,12 €
Alojamiento: 35,00 € // Alimentación: 50,00 € // Varios: 6,00 €
Itinerario VíaMichelín
Nuestra intención era aprovechar al máximo el tiempo que pudiéramos pasar en la zona de modo que salimos pronto, a las 9:30 de la mañana, que entre unas cosas y otras nos daba para ponernos en la AP-68 poco antes de las 10:00. Seguiríamos esta autopista hasta Bilbao, abonando los 12,80€ pertinentes y circunvalamos la capital vizcaína ya entrados en la A-8, autovía del Cantábrico.
En lugar de atravesar Santander, que previmos con mucho tráfico, nos desviamos hacia Torrelavega, y alargamos un poco el camino al pasar por el Puente de San Miguel y Santillana del Mar antes de llegar al barrio de Viveda. Allí se encuentra el lugar donde pernoctaríamos las dos noches siguientes: hostería el Faro. El alojamiento se basa en habitaciones equipadas con TV y baño, pero carece de zonas comunes con lo que es apropiado para emplearlo simplemente como punto para volver a dormir, haciendo el resto del día de visita en visita. Regentado de forma cálida y acogedora por Merce y Antonio, cumplió sobradamente con lo esperado, costando la habitación doble 35€ por noche.
Nada más llegar solucionamos un pequeño problema con la batería de la furgo, dejamos las cosas en las habitaciones y conversamos un poco con nuestra anfitriona que no cesó de alabar las bonanzas y privilegios de la tierra que habíamos decidido conocer.
En lugar de atravesar Santander, que previmos con mucho tráfico, nos desviamos hacia Torrelavega, y alargamos un poco el camino al pasar por el Puente de San Miguel y Santillana del Mar antes de llegar al barrio de Viveda. Allí se encuentra el lugar donde pernoctaríamos las dos noches siguientes: hostería el Faro. El alojamiento se basa en habitaciones equipadas con TV y baño, pero carece de zonas comunes con lo que es apropiado para emplearlo simplemente como punto para volver a dormir, haciendo el resto del día de visita en visita. Regentado de forma cálida y acogedora por Merce y Antonio, cumplió sobradamente con lo esperado, costando la habitación doble 35€ por noche.
Nada más llegar solucionamos un pequeño problema con la batería de la furgo, dejamos las cosas en las habitaciones y conversamos un poco con nuestra anfitriona que no cesó de alabar las bonanzas y privilegios de la tierra que habíamos decidido conocer.
Día 1: Viveda - Comillas
Distancia: 32 km // Tiempo: 25 min // Consumo: 2,5 L
Combustible: 2,33 € // Peajes: 0,00 € // Total: 2,33 €
Esta pequeña casa redondeada con una elevada torre es hoy un restaurante en el que podemos tomar el menú degustación por 45€. Una construcción fascinante al hilo de todas las que diseñó Gaudí, con mucho colorido y marcada decoración hispanoárabe.
También situados en el parque del Sobrellano se hayan el palacio del mismo nombre y la Capilla Panteón de los que no pudimos ver su interior porque se había pasado el horario de visitas.
Pasamos por el Ayuntamiento antiguo (1780) y por la iglesia de San Cristóbal, levantada con el sudor y el dinero de los vecinos del pueblo a raíz de la intención del Duque del Infantado de ejercer su privilegio sobre uno de los asientos del antiguo templo (sobre el que hoy se levanta el cementerio).
Un poco más adelante, junto al monumento al Corazón de Jesús que fue reconstruido en la década de los 40 tras ser destruido durante la guerra civil, obtuvimos unas maravillosas vistas del ocaso sobre los Picos de Europa.
Estábamos a un paso de la casa del Duque que estuvimos viendo junto a la antigua cárcel de la villa, hoy albergue de peregrinos. La casa del Duque es una imponente construcción fruto de la admiración que se despertaba a finales del siglo XIX por el mundo anglosajón.
Ya de vuelta hacia la furgo pasamos por el monumento al Marqués de Comillas ubicado en una colina desde la que la figura parece estar oteando el mar en espera de uno de sus barcos de la Compañía Transatlántica. La estatua es un homenaje del pueblo al Marqués por el gran beneficio que trajo al pueblo.
Junto a ella estuvimos probando las posibilidades que brinda una mayor exposición a las fotografías de noche.
Enseguida llegaría la hora de la cena y queríamos que nos cogiera en Suances así que nos dirigimos a la furgoneta mientras veíamos cómo rompían las olas contra el espigón del puerto. Dimos un rodeo buscando la Universidad Pontificia de Comillas, de la que sólo pudimos ver su puerta, obra de Joan Martorell, ya que se encuentra cerrada y en obras.
Distancia: 32 km // Tiempo: 25 min // Consumo: 2,5 L
Combustible: 2,33 € // Peajes: 0,00 € // Total: 2,33 €
El primer pueblo de la lista era Comillas. Llegamos a la hora de comer cosa que hicimos en La perla negra, en el Paseo Jesús Cancio con vistas a la playa. El menú del día por 11€, en mi caso compuesto por almejas a la marinera y pimientos del piquillo rellenos de marisco.
Comenzamos nuestro recorrido por el puerto y subiendo desde éste hacia el cementerio por el paseo de la costa. Pudimos contemplar los Picos de Europa ya nevados al fondo, con el mar en primer término mientras alanzábamos hacia lo que en su día fue una iglesia gótica. Anduvimos por el interior bajo la atenta mirada del ángel castigador, obra de Josep Llimona del año 1893.
Nos acercamos hasta la plaza del ángel donde se sitúa la oficina de información en la que cogimos folletos de las localidades que teníamos pensado ver en las dos próximas jornadas. Desde allí nos encaminamos hacia el capricho de Gaudí obra del genial arquitecto.Comenzamos nuestro recorrido por el puerto y subiendo desde éste hacia el cementerio por el paseo de la costa. Pudimos contemplar los Picos de Europa ya nevados al fondo, con el mar en primer término mientras alanzábamos hacia lo que en su día fue una iglesia gótica. Anduvimos por el interior bajo la atenta mirada del ángel castigador, obra de Josep Llimona del año 1893.
Esta pequeña casa redondeada con una elevada torre es hoy un restaurante en el que podemos tomar el menú degustación por 45€. Una construcción fascinante al hilo de todas las que diseñó Gaudí, con mucho colorido y marcada decoración hispanoárabe.
También situados en el parque del Sobrellano se hayan el palacio del mismo nombre y la Capilla Panteón de los que no pudimos ver su interior porque se había pasado el horario de visitas.
Pasamos por el Ayuntamiento antiguo (1780) y por la iglesia de San Cristóbal, levantada con el sudor y el dinero de los vecinos del pueblo a raíz de la intención del Duque del Infantado de ejercer su privilegio sobre uno de los asientos del antiguo templo (sobre el que hoy se levanta el cementerio).
Un poco más adelante, junto al monumento al Corazón de Jesús que fue reconstruido en la década de los 40 tras ser destruido durante la guerra civil, obtuvimos unas maravillosas vistas del ocaso sobre los Picos de Europa.
Estábamos a un paso de la casa del Duque que estuvimos viendo junto a la antigua cárcel de la villa, hoy albergue de peregrinos. La casa del Duque es una imponente construcción fruto de la admiración que se despertaba a finales del siglo XIX por el mundo anglosajón.
Ya de vuelta hacia la furgo pasamos por el monumento al Marqués de Comillas ubicado en una colina desde la que la figura parece estar oteando el mar en espera de uno de sus barcos de la Compañía Transatlántica. La estatua es un homenaje del pueblo al Marqués por el gran beneficio que trajo al pueblo.
Junto a ella estuvimos probando las posibilidades que brinda una mayor exposición a las fotografías de noche.
Enseguida llegaría la hora de la cena y queríamos que nos cogiera en Suances así que nos dirigimos a la furgoneta mientras veíamos cómo rompían las olas contra el espigón del puerto. Dimos un rodeo buscando la Universidad Pontificia de Comillas, de la que sólo pudimos ver su puerta, obra de Joan Martorell, ya que se encuentra cerrada y en obras.
Día 1: Comillas - Suances
Distancia: 37 km // Tiempo: 35 min // Consumo: 3 L
Combustible: 2,79 € // Peajes: 0,00 € // Total: 2,79€
En Suances aparcamos junto a la plaza del generalísimo donde un grupillo de chavales me pusieron los dientes largos con sus monopatines. Bajamos por la calle Julián Ceballos en busca del paseo marítimo para encontrar un sitio donde cenar, pero como nos encontramos un poco perdidos, decidimos volver a la furgo y acercarnos motorizados.
Echamos un vistazo rápido al faro desde el mirador del Torco y nos dirigimos al Paseo de la Marina para buscar un lugar que nos sedujera. Aparcamos en el muelle y entramos a tomar una cerveza y satisfacer nuestras necesidades evacuatorias en un bar-restaurante que fue solicitado como enclave óptimo para la cena por parte del grupo. Finalmente se escucho a la mayoría y recorrimos el paseo arriba y abajo en busca de diferente opciones a la que ya conocíamos y que precisamente se encontraba en la semana del buey.
Aunque en plena época estival el pueblo tiene que ser una fiesta continua, en pleno diciembre no dice mucho en cuanto a marcha. La pizzería en la que entramos se encontraba pared con pared con el otro sitio y de hecho debían de compartir algo más porque desde uno se ve el otro. Pedimos pizzas y lasañas todos menos Eva, que se decantó por el solomillo de buey en lo que a la postre se vio una magnífica decisión.
Alargamos un poco la sobremesa hasta las 23:30 pasadas y tomamos ya la furgo para volver a la hospedería.
Día 1: Suances - Viveda
Distancia: 15 km // Tiempo: 20 min // Consumo: 1,5 L
Combustible: 1,40 € // Peajes: 0,00 € // Total: 1,40 €
Los datos de este itinerario son un poco orientativos porque he de reconocer que durante un rato nos sentimos bastante perdidos. De hecho, circulamos por una carretera en la que a cada giro esperábamos darnos de bruces con la chica de la curva. Hicimos caso a una señalización de obras que nos metió de lleno en esa vía en la que, en muchas ocasiones, encontrarnos con alguien de frente hubiera obligado a parar a algunos de los dos vehículos. Por fortuna no encontramos a nadie... ni siquiera en las casas que fueron apareciendo.
Distancia: 37 km // Tiempo: 35 min // Consumo: 3 L
Combustible: 2,79 € // Peajes: 0,00 € // Total: 2,79€
En Suances aparcamos junto a la plaza del generalísimo donde un grupillo de chavales me pusieron los dientes largos con sus monopatines. Bajamos por la calle Julián Ceballos en busca del paseo marítimo para encontrar un sitio donde cenar, pero como nos encontramos un poco perdidos, decidimos volver a la furgo y acercarnos motorizados.
Echamos un vistazo rápido al faro desde el mirador del Torco y nos dirigimos al Paseo de la Marina para buscar un lugar que nos sedujera. Aparcamos en el muelle y entramos a tomar una cerveza y satisfacer nuestras necesidades evacuatorias en un bar-restaurante que fue solicitado como enclave óptimo para la cena por parte del grupo. Finalmente se escucho a la mayoría y recorrimos el paseo arriba y abajo en busca de diferente opciones a la que ya conocíamos y que precisamente se encontraba en la semana del buey.
Aunque en plena época estival el pueblo tiene que ser una fiesta continua, en pleno diciembre no dice mucho en cuanto a marcha. La pizzería en la que entramos se encontraba pared con pared con el otro sitio y de hecho debían de compartir algo más porque desde uno se ve el otro. Pedimos pizzas y lasañas todos menos Eva, que se decantó por el solomillo de buey en lo que a la postre se vio una magnífica decisión.
Alargamos un poco la sobremesa hasta las 23:30 pasadas y tomamos ya la furgo para volver a la hospedería.
Día 1: Suances - Viveda
Distancia: 15 km // Tiempo: 20 min // Consumo: 1,5 L
Combustible: 1,40 € // Peajes: 0,00 € // Total: 1,40 €
Los datos de este itinerario son un poco orientativos porque he de reconocer que durante un rato nos sentimos bastante perdidos. De hecho, circulamos por una carretera en la que a cada giro esperábamos darnos de bruces con la chica de la curva. Hicimos caso a una señalización de obras que nos metió de lleno en esa vía en la que, en muchas ocasiones, encontrarnos con alguien de frente hubiera obligado a parar a algunos de los dos vehículos. Por fortuna no encontramos a nadie... ni siquiera en las casas que fueron apareciendo.
Sí que vimos un control de alcoholemia de la Guardia Civil, por delante del cual pasamos hasta 3 veces al no saber exactamente la dirección que debíamos seguir. Antes de la 1:00 de la madrugada llegamos a la hospedería y nos fuímos directos a la cama, ya que al día siguiente tocaba madrugar.
Jolin Jony, la verdad esque es increible tener a alguien al lado que se acuerde con pelos y señales de cada sitio de cada detalle. Que guay! me ha gustado la primera parte de este viaje.
ResponderEliminarJajaja, tampoco es para tanto Marywen, además hay labor de estudio así que los datos más técnicos solo hay que comprobarlos.
ResponderEliminarGracias a vosotras por preparar el viaje, estuvo muy bien.
Cuando preparamos el próximo !!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarbs
Hola Jony, cuantos recuerdos... Nosotros estuvimos hace un par de años por aquella zona y nos encanto... Todavia me acuerdo de los sobaos que nos metimos entre pecho y espalda jaja.
ResponderEliminarPues nada, esperaremos la segunda parte.
Aunque por si las moscas, os envio Felices Fiestas que la semana que viene la tengo muy complicada y no creo que tenga tiempo ni de rascarme : -)
Saludetes.
echobelly
Jejeje, los sobaos, las anchoas, el marisco,... La verdad que no es difícil comer bien por allí.
ResponderEliminarPues que se pase rápido la próxima semana y que paséis unas buenas Navidades.
Un saludo
k bien vivis cojones!!!! la proxima vez avisa y voy desde africaaaaaaaaaa!!!!!
ResponderEliminarYa lo siento tío. Pensaba que no ibas a encontrar nada en tan poco tiempo ya sabes, como vais una hora más atrás jejeje.
ResponderEliminarSee you soon!