
Tras someternos a unas reparadoras duchas calientes al llegar a casa el día anterior, engullir nuestra buena ración de proteínas e hidratos de carbono para cenar y jugar una interesante partida de póquer, nos metimos de lleno con una de las actividades que más nos apetecía a todos en ese momento: dormir como campeones.
Esa fue una mañana para no madrugar después de la buena sesión de caminar que nos dimos el día anterior. Nos fuimos levantando sin prisa, de modo remolón y con aire cansino quién más, quién menos. Tal era nuestra poco entusiasmo por hacer algo físico que acabamos jugando otra timba (que aprovecharé para apuntar que gané nuevamente).
A mediodía ya empezamos a mover nuestros cuerpos fuera de la casa y las cómodas sillas con las que estábamos empezando a tener simbiosis. Y lo hicimos con el noble objetivo de hacer una parrillada para comer. Y en vista de que el asador se hayaba ocupado en ese momento incluso nos atrevimos a abandonar los límites de la parcela para estirar las piernas dando un paseo y haciendo algo de hambre para la hora de comer.
No mucho después llegaba nuestro turno y empezamos a llenar la parrilla mientras nos acomodábamos junto al fuego.


Como siempre en estos casos, el hambre y las salivación crece de forma directamente proporcional al tueste de la carne y la presencia de los olores a tostado. Esto es lo mejor, y lo imperdonable, de cada viaje siempre que se dispone de chimenea, asador o permiso para hacer fuego.

Pasamos gran parte de la tarde en casa hablando y riendo hasta cerca de las 18:00 cuando algunos salimos a dar una pequeña vuelta por los alrededores de Ceresa. Una caminata corta pero fructífera ya que descubrimos un pequeño rocódromo en roca a escasos 600 metros del pueblo. Con más de una veintena de vías equipadas y factible de practicar en búlder por las cotas bajas, no pudimos disfrutarlo por encontrarse bastante mojado por las lluvias caídas esos días.
Al caer la noche decidimos acercarnos a ver el pueblo de Aínsa antes de cenar. Aparcamos por el centro del pueblo y, tras preguntar en la Oficina de turismo, nos encaminamos hacia la parte alta del mismo donde se encuentra la Plaza Mayor.







Enseguida volveríamos a deshacer lo andado para coger los coches de vuelta a casa.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son fuente de motivación para la existencia de un blog. Si algo te gusta (o si no) coméntalo para que en el futuro siga habiendo nuevas entradas.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.