Otro domingo que sacamos para escalar en Anguiano, en nuestro conocido sector El Molino, en el que pudimos tachar algunas vías nuevas, pudiendo catar hasta 6 diferentes eligiendo cada uno de los 4 que íbamos a cual darle y a cual no.
Empezamos, tras el café de rigor, por la parte más a la derecha de la pared, con la vía Patillas, un V, corta pero que nos puso firmes más por el frío y el viento que por otra cosa.
El encargado de empezar a escalar fue Hector, tocándome a mí quedarme en el otro extremo de la cuerda, lugar en el que se sentía el frío pese al sol que estaba dando.
La ruta sube casi íntegramente aprovechando el diedro, el cual mantiene signos evidentes del recorrido a efectuar.
La siguiente en probar fue Eva, a la que le gustó la vía pero no terminó de encontrarse cómoda.
Tania se estrenó en roca con esta vía y después le seguí yo, subiendo primero por el mismo itinerario y probando, acto seguido, K2, un 6a con el que comparte descuelgue (con lo que pude intentar en top-rope) y que tuve que acabar dejando por imposible.
En vista del viento que azotaba en esa cara de la pared, decidimos como lo más sensato acercarnos a la zona que tiene mayor concentración de rutas del sector. Allí, Eva se animó a probar nuevamente con Pachamamá, V+, que consiguió subir de primera hasta la 4ª chapa.
Hector se encargó de terminar de montar la vía y Tania pudo disfrutar un poco más en esta cara, menos ventosa y fría.
Yo preferí no subir y pasar directamente a Cueva Mori, un V+, que ya habíamos hecho en nuestro bautizo rocoso, pero que quería atacar de primero, lo cual hice bajo la atenta mirada de Eva asegurando.
El calor empezaba a ser sofocante y escalar sin camiseta casi una necesidad. La orientación de esta tapia es Sur y se nota en lo que se calienta incluso en invierno.
Pudimos marcar también la casilla de Pulgas en las cuevas, V+, con un inicio que nos hizo devanarnos los sesos en busca del movimiento clave.
Cuando quedó libre, y hubimos cogido fuerzas con algo de comida, nos pasamos a El Molino, V, que Eva quiso volver a probar de primera.
Yo fui el siguiente en escalar, luciendo el nuevo corte que tuve que hacer a los pantalones merced a un roto que resultaba incómodo en según qué movimientos.
Y Tania pudo disfrutar bastante en esta vía, más en su grado, en la que demostró haber cogido parte de la técnica necesaria para subir.
Con tiempo para poco más, Hector hizo la machada del día, subiendo el que sería el primer 6a del grupo, completando Caparrones con fundamento, a la par que el sol se iba metiendo tras los montes.
Como recompensa a otro gran día de escalada en Anguiano, degustamos unas cervezas bien fresquitas en el bar La Herradura antes de volver a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
Te puede interesar:
Situación escuela de Anguiano = link a Google Maps.
Info y croquis de la escuela = en el bar La herradura, carretera LR-113 junto al aparcamiento, por 2€.
ESCUELA ESCALADA ANGUIANO
Nº sectores = 7.
Nº vías = 113.
Grados = del V al 7c.
Material = normal para deportiva.
Empezamos, tras el café de rigor, por la parte más a la derecha de la pared, con la vía Patillas, un V, corta pero que nos puso firmes más por el frío y el viento que por otra cosa.
El encargado de empezar a escalar fue Hector, tocándome a mí quedarme en el otro extremo de la cuerda, lugar en el que se sentía el frío pese al sol que estaba dando.
La ruta sube casi íntegramente aprovechando el diedro, el cual mantiene signos evidentes del recorrido a efectuar.
La siguiente en probar fue Eva, a la que le gustó la vía pero no terminó de encontrarse cómoda.
Tania se estrenó en roca con esta vía y después le seguí yo, subiendo primero por el mismo itinerario y probando, acto seguido, K2, un 6a con el que comparte descuelgue (con lo que pude intentar en top-rope) y que tuve que acabar dejando por imposible.
En vista del viento que azotaba en esa cara de la pared, decidimos como lo más sensato acercarnos a la zona que tiene mayor concentración de rutas del sector. Allí, Eva se animó a probar nuevamente con Pachamamá, V+, que consiguió subir de primera hasta la 4ª chapa.
Hector se encargó de terminar de montar la vía y Tania pudo disfrutar un poco más en esta cara, menos ventosa y fría.
Yo preferí no subir y pasar directamente a Cueva Mori, un V+, que ya habíamos hecho en nuestro bautizo rocoso, pero que quería atacar de primero, lo cual hice bajo la atenta mirada de Eva asegurando.
El calor empezaba a ser sofocante y escalar sin camiseta casi una necesidad. La orientación de esta tapia es Sur y se nota en lo que se calienta incluso en invierno.
Pudimos marcar también la casilla de Pulgas en las cuevas, V+, con un inicio que nos hizo devanarnos los sesos en busca del movimiento clave.
Cuando quedó libre, y hubimos cogido fuerzas con algo de comida, nos pasamos a El Molino, V, que Eva quiso volver a probar de primera.
Yo fui el siguiente en escalar, luciendo el nuevo corte que tuve que hacer a los pantalones merced a un roto que resultaba incómodo en según qué movimientos.
Y Tania pudo disfrutar bastante en esta vía, más en su grado, en la que demostró haber cogido parte de la técnica necesaria para subir.
Con tiempo para poco más, Hector hizo la machada del día, subiendo el que sería el primer 6a del grupo, completando Caparrones con fundamento, a la par que el sol se iba metiendo tras los montes.
Como recompensa a otro gran día de escalada en Anguiano, degustamos unas cervezas bien fresquitas en el bar La Herradura antes de volver a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
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Situación escuela de Anguiano = link a Google Maps.
Info y croquis de la escuela = en el bar La herradura, carretera LR-113 junto al aparcamiento, por 2€.
ESCUELA ESCALADA ANGUIANO
Nº sectores = 7.
Nº vías = 113.
Grados = del V al 7c.
Material = normal para deportiva.
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