Con el buen sabor de boca que nos había dejado en nuestro debut en esta escuela, no tardamos en volver más que una semana. Pero para que pudiésemos disfrutar los tres que íbamos, decidimos acercarnos al sector Pikutxis, el más orientado a la iniciación de San Fausto.
Álvaro y Eva todavía no se encontraban cómodos escalando de primero en roca (Eva ya lo había intentado con más o menos buenos resultados en Anguiano) y este sector llenos de vías de 4º y 5º grado es el ideal para hacer metros e ir cogiendo soltura y perdiendo el miedo.
Para acceder a él hay que llegar primero hasta el pueblo de Eraul donde dejamos la furgo. Nosotros nos acercamos hasta un pequeño aparcamiento junto a unas construcciones para el campo donde encontramos algo de sombra. Justo desde ese punto parte el camino hacia el sector Pikutxis y hacia el resto de la escuela.
Para empezar a calentar y tener un comienzo tranquilo elegimos dos vías cotadas de 4c, ya que las de grado más bajo estaban ocupadas por un grupo contratado. Las agraciadas fueron Pasacalles medieval y Xanto, pis y puxeta. El encargado de catar el grado fui yo por votación popular.
Me encontré una pared bastante tumbada y con un tacto agradable, sin esa característica agresividad que encontramos en otros sectores de la zona. El inicio, como sería la tónica en toda la jornada, es la parte más vertical de las vías, por lo menos de las más asequibles.
Eva fue la siguiente en probar, una vez hubimos desmontado, y disfruto mucho al completar la vía entera.
Los tres pasamos por ambas vías subiendo de primeros y completándolas sin muchos contratiempos. Sin considerarnos unos expertos, parece que el grado está puesto con cariño en esta escuela, o en este sector al menos.
Nos sirvió para aprender a lagartijear, a arrastrar la barriga por la pared para no sacar el centro de gravedad. Todavía nos cuesta mucho no sacar el culo hacia afuera.
Poco a poco iba llegando gente, la mayoría con niños o con amigos principiantes que quieren probar la escalada.
Buscando no desplazarnos mucho, encontramos otro grupo de vías del mismo grado a la derecha de donde nos encontrábamos y nos instalamos en Txanogorritxo.
Discurre paralela a Marigorringo, también 4c, que recorre un diedro muy interesante y que queríamos haber atacado después, aunque finalmente nos lo saltaríamos para intentar el primer quinto de la mañana.
Aunque algunos se buscaron el acercamiento a la esquina más que otros.
Concretamente afrontaríamos El señor del bosque, 5b. Con una salida un pelín más compleja, incluyendo una pequeña barriga, se convierte, salvado el escollo inicial, en una escalera de grado III.
Sin embargo a Álvaro se le cruzó el comienzo al llevarse un golpe en la rodilla derecha que le hizo parar unos minutos.
En vista de que el grupo organizado dejaba la parte más fácil del sector, decidimos acercarnos allí con intención de meter metros de escalada rápidos para ganar algo en resistencia y, sobre todo, en confianza en nuestro saber hacer.
Aquí encadenamos Quiquiriquí ¿qué fas astí? y El hombre cigüeña, ambos 4b+, bastante fáciles.
Teniendo ya en el saco media docena de vías, estimamos que había que subir el nivel para poder tocar cosas más complicadas si queríamos sacar algo de rendimiento al día.
Nuestros siguientes objetivos fueron Jolasleku y Velociraptor, ambos 5a, que se convirtieron en las primeras vías de quinto grado que Eva encadenaba completamente. ¡Muy bien lagartija!
A estas alturas de la película llegaban Isaac y Tania y nos juntábamos las dos cordadas repartiéndonos varias vías. Pasamos por Finitomil, 4c, y un poco más a la derecha por La danza de las raposas, 5b, y Gezi urdiña, 5c.
Como opinión personal, que coincidió en gran medida con la de los demás, la tripa que hay que superar en el 5b la hace quizás más complicada que la última de las mencionadas. Pero de todos modos no se nos resistieron.
Aprovechando la presencia de Isaac, en quien confiaba en el caso de que no pudiera cumplir con mi objetivo, me atreví a intentar justo antes de irnos, la vía Aquí te espero, mi primer 6a+ (y de hecho mi primer sexto). Tiene una salida para forzar un poco y un final para hacer en bavaresa con una caída muy fea hacia la grieta. Lamentablemente me quedé en la última chapa, sin fuerzas ni valor para seguir hasta la reunión.
Con algo de frustración por mi parte, nos despedimos de la gente que había allí y nos pusimos rumbo a Logroño, para ver el primero de los 4 partidos del siglo que se iban a disputar en cuestión de 20 días.
Contentos por haber tenido buen clima, por haber hecho muchos metros de escalada, por haber encadenado vías y, para Eva, incluso de quinto grado,... no podíamos tener mejor despedida ni recompensa que la maravillosa puesta de sol que vimos esa tarde.
Acabamos muy cansados pero sumamente satisfechos y con muchas ganas de volver a escalar pronto.
Álvaro y Eva todavía no se encontraban cómodos escalando de primero en roca (Eva ya lo había intentado con más o menos buenos resultados en Anguiano) y este sector llenos de vías de 4º y 5º grado es el ideal para hacer metros e ir cogiendo soltura y perdiendo el miedo.
Para acceder a él hay que llegar primero hasta el pueblo de Eraul donde dejamos la furgo. Nosotros nos acercamos hasta un pequeño aparcamiento junto a unas construcciones para el campo donde encontramos algo de sombra. Justo desde ese punto parte el camino hacia el sector Pikutxis y hacia el resto de la escuela.
Para empezar a calentar y tener un comienzo tranquilo elegimos dos vías cotadas de 4c, ya que las de grado más bajo estaban ocupadas por un grupo contratado. Las agraciadas fueron Pasacalles medieval y Xanto, pis y puxeta. El encargado de catar el grado fui yo por votación popular.
Me encontré una pared bastante tumbada y con un tacto agradable, sin esa característica agresividad que encontramos en otros sectores de la zona. El inicio, como sería la tónica en toda la jornada, es la parte más vertical de las vías, por lo menos de las más asequibles.
Eva fue la siguiente en probar, una vez hubimos desmontado, y disfruto mucho al completar la vía entera.
Los tres pasamos por ambas vías subiendo de primeros y completándolas sin muchos contratiempos. Sin considerarnos unos expertos, parece que el grado está puesto con cariño en esta escuela, o en este sector al menos.
Nos sirvió para aprender a lagartijear, a arrastrar la barriga por la pared para no sacar el centro de gravedad. Todavía nos cuesta mucho no sacar el culo hacia afuera.
Poco a poco iba llegando gente, la mayoría con niños o con amigos principiantes que quieren probar la escalada.
Buscando no desplazarnos mucho, encontramos otro grupo de vías del mismo grado a la derecha de donde nos encontrábamos y nos instalamos en Txanogorritxo.
Discurre paralela a Marigorringo, también 4c, que recorre un diedro muy interesante y que queríamos haber atacado después, aunque finalmente nos lo saltaríamos para intentar el primer quinto de la mañana.
Aunque algunos se buscaron el acercamiento a la esquina más que otros.
Concretamente afrontaríamos El señor del bosque, 5b. Con una salida un pelín más compleja, incluyendo una pequeña barriga, se convierte, salvado el escollo inicial, en una escalera de grado III.
Sin embargo a Álvaro se le cruzó el comienzo al llevarse un golpe en la rodilla derecha que le hizo parar unos minutos.
En vista de que el grupo organizado dejaba la parte más fácil del sector, decidimos acercarnos allí con intención de meter metros de escalada rápidos para ganar algo en resistencia y, sobre todo, en confianza en nuestro saber hacer.
Aquí encadenamos Quiquiriquí ¿qué fas astí? y El hombre cigüeña, ambos 4b+, bastante fáciles.
Teniendo ya en el saco media docena de vías, estimamos que había que subir el nivel para poder tocar cosas más complicadas si queríamos sacar algo de rendimiento al día.
Nuestros siguientes objetivos fueron Jolasleku y Velociraptor, ambos 5a, que se convirtieron en las primeras vías de quinto grado que Eva encadenaba completamente. ¡Muy bien lagartija!
A estas alturas de la película llegaban Isaac y Tania y nos juntábamos las dos cordadas repartiéndonos varias vías. Pasamos por Finitomil, 4c, y un poco más a la derecha por La danza de las raposas, 5b, y Gezi urdiña, 5c.
Como opinión personal, que coincidió en gran medida con la de los demás, la tripa que hay que superar en el 5b la hace quizás más complicada que la última de las mencionadas. Pero de todos modos no se nos resistieron.
Aprovechando la presencia de Isaac, en quien confiaba en el caso de que no pudiera cumplir con mi objetivo, me atreví a intentar justo antes de irnos, la vía Aquí te espero, mi primer 6a+ (y de hecho mi primer sexto). Tiene una salida para forzar un poco y un final para hacer en bavaresa con una caída muy fea hacia la grieta. Lamentablemente me quedé en la última chapa, sin fuerzas ni valor para seguir hasta la reunión.
Con algo de frustración por mi parte, nos despedimos de la gente que había allí y nos pusimos rumbo a Logroño, para ver el primero de los 4 partidos del siglo que se iban a disputar en cuestión de 20 días.
Contentos por haber tenido buen clima, por haber hecho muchos metros de escalada, por haber encadenado vías y, para Eva, incluso de quinto grado,... no podíamos tener mejor despedida ni recompensa que la maravillosa puesta de sol que vimos esa tarde.
Acabamos muy cansados pero sumamente satisfechos y con muchas ganas de volver a escalar pronto.
Enhorabuena por la crónica de nuevo jonny. Veo que seguimos con nuestros caminos paralelos... Hace un par de meses descubrí ese sector y está chulisimo. Acercaos a conocer la encina milenaria y un roble que hay algo más arriba con enterramientos en su raiz. está a 5 minutos y es muy chulo. En cuanto tenga tiempo pongo también una crónica en mi blog.
ResponderEliminarSaludos, y enhorabuena de nuevo.
¡Hey! ¿Qué tal?
ResponderEliminarPues sí ya ves, es un sitio ideal para iniciarse y para empezar a quitar miedo a ir de primero.
La próxima vez que me acerque te haré caso, pero aquel día estábamos muy engorilados y no hicimos más que escalar jajaja.
Un saludo.